Las personas que desinteresadamente apoyaron las labores de rescate en las Torres Gemelas fueron las encargadas de leer los nombres de las 2.752 víctimas mortales del 11-S.
Los miles de voluntarios que reaccionaron a los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que en muchos casos aún padecen sus secuelas tomaron hoy el protagonismo en la ceremonia con la que Nueva York conmemoró el octavo aniversario de la tragedia.
Algunas de las personas que desinteresadamente trataron de aliviar los efectos de los ataques contra las Torres Gemelas y que, al igual que bomberos y policías, sufren aún efectos psicológicos y físicos de su labor, fueron los encargados de leer hoy los nombres de las 2.752 víctimas mortales del 11-S en Nueva York.
Con ello recibieron un reconocimiento especial los neoyorquinos que, apenas ocurrió la tragedia y, sobre todo, en los días y meses posteriores al desplome de las torres, se acercaron al Bajo Manhattan para participar jornada tras jornada en las tareas en las que se les permitiera, desde alimentar a los bomberos hasta retirar escombros.
"Desde hoy salvaguardaremos el recuerdo de quienes murieron reavivando el espíritu de servicio que iluminó a nuestra ciudad con esperanza y ayudó a mantenernos fuertes", dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una ceremonia marcada por la intensa lluvia que caía sobre la "zona cero".
"No es la lluvia, son tus lágrimas las que hoy caen sobre nosotros", dijo el padre de uno de los fallecidos en el World Trade Center, donde un año más era visible el retraso que sufren las labores de reconstrucción.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presidió el homenaje en Washington, donde se recordó a las 184 personas que fallecieron en el edifico del Pentágono hace también ocho años y donde el mandatario afirmó que nunca titubeará en la persecución de "Al Qaeda y sus aliados extremistas", responsables del 11-S.
En la ceremonia de Nueva York también participaron el vicepresidente, Joseph Biden, junto al gobernador de Nueva Jersey, David Corzine, y el que fuera alcalde de la ciudad cuando ocurrieron los atentados, Rudolph Giuliani.
"La actuación de los voluntarios sobrevivirá siempre. Mientras recordamos a quienes perdimos, también homenajeamos el heroísmo que vimos entonces", dijo en la ceremonia el gobernador de Nueva York, David Paterson, quien como otras autoridades instó a los ciudadanos a participar en labores de voluntariado, para "seguir mostrando la mejor faceta del ser humano".
El comportamiento ejemplar de aquellos voluntarios, responsables de que la ciudad que nunca duerme no se detuviera ni un instante tras los ataques, ha hecho que este año el 11-S, además de ser un día en memoria de las víctimas de Nueva York, Washington y Pensilvania, haya sido declarado Día Nacional de Servicio y Recuerdo.
Durante la ceremonia de hoy, los neoyorquinos contemplaron de nuevo la labor de esas personas, quienes mostraron una vez más su apoyo a las víctimas de los ataques y a sus familiares, a quienes reconfortaron en los difíciles momentos en que éstos leyeron, en ocasiones entre lágrimas, los nombres de padres, madres, hijos y hermanos que perecieron el 11-S.
Esos voluntarios, pertenecientes muchas de ellos a asociaciones cuyos nombres también se oyeron hoy en Manhattan, no pudieron ser solo testigos de lo que ocurría en su ciudad y se lanzaron a actuar, una decisión que marcó sus vidas y que ha hecho que también pasen a formar parte de la larga lista de víctimas de los ataques.
Un total de 817 de participantes en las labores de rescate y recuperación han muerto desde 2001 y de ellos 479 han fallecido por enfermedad, mientras que 33 se han suicidado, según las cifras facilitadas hoy a Efe por el Departamento de Salud del estado de Nueva York.
El último estudio estatal, que en ningún caso establece vínculos directos entre las causas de las muertes y la participación en las tareas de rescate, apunta que el 56,4 por ciento de esas 479 muertes se debe a diferentes tipos de cáncer y destaca el elevado número de fallecimientos vinculados a problemas respiratorios.
El número de muertes es difícil de cuantificar, sobre todo, entre los llamados "voluntarios sin uniforme" a los que desde hoy se homenajeará cada 11 de septiembre y cuya labor tras los ataques se espera que impulse la solidaridad entre los estadounidenses. EFE
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