Dos cooperantes belgas que vivieron ´in situ´ los disturbios en la amazonía, denunciaron este viernes en Bruselas la ´violencia desproporcionada´ empleada por la policía contra los indígenas.
Dos cooperantes belgas que vivieron "in situ" los disturbios que dejaron la semana pasada una treintena de muertos en la Amazonía peruana, denunciaron hoy en Bruselas la "violencia desproporcionada" empleada por la policía contra los indígenas y pidieron una "investigación internacional neutral".
Thomas Quirynen y Marijke Deleu, voluntarios de la organización no gubernamental CATAPA (Comité Académico Técnico de Asesoramiento a Problemas Ambientales) que trabajaban en la zona, afirman ser los únicos testigos internacionales del choque entre nativos y policías cerca de Bagua, en la Amazonía peruana.
Según el Gobierno peruano, en los enfrentamientos -que comenzaron cuando las fuerzas de seguridad desalojaron a manifestantes que ocupaban una carretera- murieron 24 uniformados y 9 indígenas, aunque otras fuentes elevan a entre 30 y 50 las víctimas mortales entre los nativos.
Quirynen y Deleu, que tomaron multitud de fotografías de los enfrentamientos del pasado día 5, indicaron hoy en rueda de prensa que su intención es dar a conocer "lo que pasó en realidad" en la zona ya que, en su opinión, los periódicos peruanos no se hicieron eco en los días posteriores a los disturbios de lo que ocurrió a los manifestantes.
Aunque afirmaron no poder corroborar la existencia de más cuerpos de indígenas no contabilizados en el cómputo oficial de víctimas, afirmaron que los pobladores locales aseguraron que había "más muertos" que los policías retiraron al término del enfrentamiento.
En palabras de los cooperantes, los indígenas fueron objeto de una "violencia desproporcionada" al ser disparados por la policía desde tanques y helicópteros, "sin que tuvieran la oportunidad de esconderse" en el campo abierto en que se encuentra la carretera.
También señalaron que alguno de los manifestantes fue "apaleado brutalmente" por varios miembros de las fuerzas de seguridad.
Deleu confirmó por otro lado que algunos indígenas portaban armas de fuego que, según apuntó, pudieron tomar de un grupo de policías que habían retenido previamente, algo que en su opinión no justificó el "uso desproporcionado de la fuerza" por parte de los policías peruanos.
Los cooperantes destacaron que "temieron por su vida" al verse envueltos en el disturbio, y que encontraron "cuerpos muy golpeados" de los indígenas caídos y "casquillos por todas partes" en la zona del enfrentamiento.
El portavoz de la ONG Coalición Flamenca para la Cooperación Norte-Sur, Koen Warmenbol, encontró "decepcionante" la declaración emitida por la Unión Europea (UE) tras los disturbios por "no solicitar una investigación independiente" de los hechos, y aplaudió en cambio la posición del Gobierno belga, que sí ha pedido pesquisas "en profundidad".
Por otra parte, varios eurodiputados de grupos de izquierda, recién elegidos en los comicios europeos del pasado fin de semana, condenaron en un comunicado estos hechos violentos y solicitaron cancelar las negociaciones para un tratado de libre comercio entre la UE y Perú y Colombia, "hasta que cesen las violaciones masivas de los derechos humanos en estos dos países".
Los indígenas dispersados de la carretera habían iniciado el pasado 9 de abril unas protestas para pedir la derogación de varios decretos legislativos que facilitan las actividades extractivas en la zona, que en su opinión no tienen en cuenta sus derechos sobre sus tierras. EFE
(Foto: EFE)
Thomas Quirynen y Marijke Deleu, voluntarios de la organización no gubernamental CATAPA (Comité Académico Técnico de Asesoramiento a Problemas Ambientales) que trabajaban en la zona, afirman ser los únicos testigos internacionales del choque entre nativos y policías cerca de Bagua, en la Amazonía peruana.
Según el Gobierno peruano, en los enfrentamientos -que comenzaron cuando las fuerzas de seguridad desalojaron a manifestantes que ocupaban una carretera- murieron 24 uniformados y 9 indígenas, aunque otras fuentes elevan a entre 30 y 50 las víctimas mortales entre los nativos.
Quirynen y Deleu, que tomaron multitud de fotografías de los enfrentamientos del pasado día 5, indicaron hoy en rueda de prensa que su intención es dar a conocer "lo que pasó en realidad" en la zona ya que, en su opinión, los periódicos peruanos no se hicieron eco en los días posteriores a los disturbios de lo que ocurrió a los manifestantes.
Aunque afirmaron no poder corroborar la existencia de más cuerpos de indígenas no contabilizados en el cómputo oficial de víctimas, afirmaron que los pobladores locales aseguraron que había "más muertos" que los policías retiraron al término del enfrentamiento.
En palabras de los cooperantes, los indígenas fueron objeto de una "violencia desproporcionada" al ser disparados por la policía desde tanques y helicópteros, "sin que tuvieran la oportunidad de esconderse" en el campo abierto en que se encuentra la carretera.
También señalaron que alguno de los manifestantes fue "apaleado brutalmente" por varios miembros de las fuerzas de seguridad.
Deleu confirmó por otro lado que algunos indígenas portaban armas de fuego que, según apuntó, pudieron tomar de un grupo de policías que habían retenido previamente, algo que en su opinión no justificó el "uso desproporcionado de la fuerza" por parte de los policías peruanos.
Los cooperantes destacaron que "temieron por su vida" al verse envueltos en el disturbio, y que encontraron "cuerpos muy golpeados" de los indígenas caídos y "casquillos por todas partes" en la zona del enfrentamiento.
El portavoz de la ONG Coalición Flamenca para la Cooperación Norte-Sur, Koen Warmenbol, encontró "decepcionante" la declaración emitida por la Unión Europea (UE) tras los disturbios por "no solicitar una investigación independiente" de los hechos, y aplaudió en cambio la posición del Gobierno belga, que sí ha pedido pesquisas "en profundidad".
Por otra parte, varios eurodiputados de grupos de izquierda, recién elegidos en los comicios europeos del pasado fin de semana, condenaron en un comunicado estos hechos violentos y solicitaron cancelar las negociaciones para un tratado de libre comercio entre la UE y Perú y Colombia, "hasta que cesen las violaciones masivas de los derechos humanos en estos dos países".
Los indígenas dispersados de la carretera habían iniciado el pasado 9 de abril unas protestas para pedir la derogación de varios decretos legislativos que facilitan las actividades extractivas en la zona, que en su opinión no tienen en cuenta sus derechos sobre sus tierras. EFE
(Foto: EFE)
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