El mandatario derrocado de Honduras dijo ser el único en garantizar las próximas elecciones, pese a padecer niveles de tensión debido a las tácticas psicológicas de Micheletti.
Manuel Zelaya, el mandatario derrocado de Honduras, señaló que el diálogo sostenido con los representantes del presidente interino, Roberto Micheletti está "In articulo mortis" (a punto de morir).
En declaraciones a BBC Mundo, Zelaya sostuvo que el Congreso de su país es el órgano que debe pronunciarse, toda vez que fue la instancia que lo destituyó.
Preguntado en qué punto se encuentran las negociaciones dijo que el desacuerdo "sigue siendo el reconocimiento de parte del gobierno de facto del hecho fundamental que ha traído esta crisis y que ha sido que ha habido un golpe de Estado".
"Mientras no haya reconocimiento por su parte de que hubo un golpe de Estado no hay manera de enmendarlo, porque es un hecho político que tiene consecuencias jurídicas y que rompe el orden constitucional de un país", manifestó.
Explicó que el no reconocimiento del golpe de Estado hace que no reconozcan su restitución.
"Mi restitución se basa en el derecho que tengo de ejercer un mandato que me dio el pueblo de Honduras", añadió.
En ese sentido, dijo que el Congreso debe derogar el decreto sobre su destitución, toda vez que no es facultad del Legislativo sacar a un presidente.
Comentó que de no abordar acuerdo alguno este lunes, la comunidad internacional seguirá desconociendo el anunciado proceso electoral.
"Lo único que garantiza que haya elecciones es este servidor. Yo no soy un problema, soy la solución al problema. Soy un demócrata y creo que las elecciones sólo pueden darse en un país cuando todos pueden participar en igualdad de condiciones", comentó.
Respecto a su estado de ánimo a puertas de cumplirse un mes desde que ingresara a la embajada de Brasil en Tegucigalpa, Zelaya dijo que padecer "de alguna tensión porque ahora han empezado nuevas tácticas psicológicas para desestabilizarnos. Nos desvelan toda la noche, ponen luces fuertísimas que rodean la embajada para que perezca de día".
En declaraciones a BBC Mundo, Zelaya sostuvo que el Congreso de su país es el órgano que debe pronunciarse, toda vez que fue la instancia que lo destituyó.
Preguntado en qué punto se encuentran las negociaciones dijo que el desacuerdo "sigue siendo el reconocimiento de parte del gobierno de facto del hecho fundamental que ha traído esta crisis y que ha sido que ha habido un golpe de Estado".
"Mientras no haya reconocimiento por su parte de que hubo un golpe de Estado no hay manera de enmendarlo, porque es un hecho político que tiene consecuencias jurídicas y que rompe el orden constitucional de un país", manifestó.
Explicó que el no reconocimiento del golpe de Estado hace que no reconozcan su restitución.
"Mi restitución se basa en el derecho que tengo de ejercer un mandato que me dio el pueblo de Honduras", añadió.
En ese sentido, dijo que el Congreso debe derogar el decreto sobre su destitución, toda vez que no es facultad del Legislativo sacar a un presidente.
Comentó que de no abordar acuerdo alguno este lunes, la comunidad internacional seguirá desconociendo el anunciado proceso electoral.
"Lo único que garantiza que haya elecciones es este servidor. Yo no soy un problema, soy la solución al problema. Soy un demócrata y creo que las elecciones sólo pueden darse en un país cuando todos pueden participar en igualdad de condiciones", comentó.
Respecto a su estado de ánimo a puertas de cumplirse un mes desde que ingresara a la embajada de Brasil en Tegucigalpa, Zelaya dijo que padecer "de alguna tensión porque ahora han empezado nuevas tácticas psicológicas para desestabilizarnos. Nos desvelan toda la noche, ponen luces fuertísimas que rodean la embajada para que perezca de día".
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