El despuesto mandatario de Honduras dijo que si ya el régimen golpista está condenado por el mundo, después de esto también será repudiado internamente.
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, advirtió de que si las fuerzas de seguridad entran a la embajada de Brasil para detenerlo sería un error de "muy graves consecuencias" para el Gobierno de facto, que reiteró por su parte que no lo hará.
"Si se cometiera un error de esa naturaleza, sería otra sumatoria de errores muy grave, de muy graves consecuencias para ellos mismos", dijo.
"Me parece que sería un error imperdonable, es como un autosuicidio (sic); si ya el régimen golpista está condenado por el mundo, después de esto no solo va a ser condenado, sino que va a ser repudiado internamente, estaría autoflagelándose con esto", añadió.
La vicecanciller del Gobierno de Roberto Micheletti, Martha Alvarado, reiteró que "no se ha pensado, ni se hará, ningún allanamiento en la embajada del Brasil en Honduras para rescatar de ahí al señor Zelaya", sobre quien pesa una orden de captura por delitos políticos y comunes.
Micheletti también aseguró que su Gobierno respetará la embajada brasileña.
"Honduras espera de manera inmediata que el Gobierno del Brasil asuma la responsabilidad frente al señor Zelaya en cuanto a la decisión, ya sea de entregarlo o de sacarlo de Honduras", enfatizó.
Además, la Cancillería difundió una "nota verbal" enviada hoy a su homóloga brasileña, en la que reafirmó que, "a menos que el Gobierno de Brasil proponga otra medida (sobre Zelaya), su obligación es entregarlo a las autoridades competentes de Honduras con suma urgencia".
Por otra parte, Zelaya reiteró que la causa de su derrocamiento no fue su relación con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sino que sectores económicos temían perder privilegios en su Gobierno.
"El golpe de Estado no se da, como dicen maliciosamente, porque Chávez nos estaba ayudando con Petrocaribe o con el ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas); por eso no se da el golpe, ni tampoco porque viniera el comunismo, eso es una posición ridícula", aseguró.
Afirmó que "el golpe se da porque los jerarcas de la economía hondureña tienen miedo de perder sus privilegios, sus exenciones de impuestos, sus exoneraciones que no pagan, la forma en que defraudan al fisco todos los días, los contratos leoninos, sus monopolios".
EFE
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