Kenia declaró este sábado la guerra a los cazadores furtivos con la quema de 105 toneladas de marfil y 1,35 de cuerno de rinoceronte procedentes de la caza ilegal, que ha puesto en riesgo la supervivencia de los elefantes en África.
Se trata de un día histórico, ya que nunca antes se había destruido una cantidad tan elevada de marfil en Kenia, que pretende reafirmar su compromiso para acabar con las mafias que trafican con el llamado "oro blanco" y que mueven cada año más de 200 millones de dólares (175 millones de euros) en todo el continente.
El presidente keniano, Uhuru Kenyatta, fue el encargado de iniciar la quema de las once pilas de marfil en el Parque Nacional de Nairobi, donde el año pasado ya se quemaron otras 15 toneladas como acto de protesta contra los cazadores furtivos.
Con la quema de más de 100 toneladas de marfil culmina el encuentro "The Giants Club" en el que líderes africanos, científicos y expertos han abordado en Kenia la crisis de la caza furtiva para buscar una solución conjunta que permita salvar la fauna del continente.