Es un bastón de madera y plata, con el escudo del país grabado en su empuñadura, diseñado por el orfebre Juan Carlos Pallarols.
En un taller de Buenos Aires, una caja roja protege el símbolo del traspaso del poder presidencial en Argentina: un bastón de madera y plata, con el escudo del país grabado en su empuñadura, diseñado por el orfebre Juan Carlos Pallarols y cincelado por tres millones de personas.
El presidente electo, Mauricio Macri, recibirá el bastón el próximo jueves en el Congreso, tras una crispada polémica con la mandataria saliente, Cristina Fernández, sobre los detalles del traspaso de poderes, que llegó a salpicar al propio Pallarols.
El orfebre fue instado el jueves a entregar el bastón presidencial al Gobierno de Fernández bajo amenaza de ir a buscarlo "con la policía".
"Espero que no sea un botín de guerra. No debe ser un botín de guerra el bastón", dijo Pallarols, aliviado tras recibir disculpas del área de Ceremonial del Gobierno.
Y añadió, en una entrevista con Efe: "Considero que el verdadero dueño del bastón es el pueblo, y que el pueblo es quien se lo entrega por cuatro años al presidente electo para que rija los destinos de la nación".
El artesano comenzó a preparar el bastón hace un año, mucho antes de las elecciones presidenciales y de saber que sería Macri su destinatario.
"Me parece más democrático trabajar con el mismo cariño sin importar si es amigo o si es del partido que yo quiero", explica Pallarols sobre la antelación con la que emprendió su tarea.
Desde entonces, ha viajado por todo el país para lograr un "bastón federal", una tradición que estrenó en 1983, con el retorno de la democracia tras la última dictadura militar (1976-1983).
En su recorrido, cerca de tres millones de personas dejaron su marca en el bastón presidencial.
EFE
Comparte esta noticia