Los vecinos de la zona portuaria se mostraron preocupados ante la llegada de tal cantidad de plantas a través de las aguas de la ciudad, un hecho insólito para muchos.
Una alfombra de plantas fluviales -denominadas camalotes- volvió verde el Río de la Plata a su paso por Buenos Aires, transportando serpientes y arañas, después de las graves inundaciones por la crecida de los ríos que afectan desde hace varias semanas a diferentes provincias del norte del país.
Este tipo de plantas llegaron en pequeños bloques al turístico barrio de Puerto Madero hace días, aunque ayer en la mañana se multiplicaron en número a lo largo de toda la costa porteña, generando grandes alfombras verdes que obligaron al Servicio General de Limpieza a desplegar un dispositivo de desinfección de las aguas.
Fuentes del servicio de limpieza aseguraron a Efe que la rotura de una represa fluvial a su paso por Brasil habría empeorado la situación y calcularon que las tareas de saneamiento en la ciudad se demorarán aproximadamente un mes.
Entre los camalotes que llegaron a la costa porteña se esconden todo tipo de animales salvajes como serpientes, arañas de gran tamaño o nutrias, que pusieron en alerta a las autoridades locales.
Los vecinos de la zona portuaria se mostraron preocupados ante la llegada de tal cantidad de plantas a través de las aguas de la ciudad, un hecho insólito para muchos, que observaban con precaución las víboras escondidas entre los matojos.
Esteban Frías, trabajador en una empresa de Puerto Madero, admitió en conversación con Efe que nunca había visto algo parecido y expresó su preocupación ante la posibilidad de que las plantas arrastren algún tipo de enfermedad.
Para Gloria Salvatierra, una vecina que hoy fotografiaba el río, es curioso el impacto visual del entramado de hierbas, ramas y flores en el puerto de la ciudad.
Desde comienzos de semana, en otras localidades también se experimentan problemas, como en el municipio bonaerense de Quilmes, en la zona sur del cinturón metropolitano de Buenos Aires, donde hubo que cerrar la zona de la costa por la llegada de estos camalotes, en prevención ante posibles ataques de animales venenosos.
EFE
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