Las ruinas halladas en la jungla de Camboya son de la época medieval y son de ciudades que pertenecieron al antiguo y poderoso imperio Jemer.
Una trama de ciudades medievales del imperio Jemer sepultadas bajo la jungla en Camboya ha salido al descubierto gracias un equipo de arqueólogos que llevó a cabo el mayor estudio con tecnología láser realizado en el mundo. Los hallazgos podrían ayudar a resolver los enigmas sobre el auge y caída de este imperio y su capital Angkor, el monumento histórico más reconocido de Camboya, país azotado por la pobreza, y uno de los mayores tesoros arqueológicos del planeta.
El primer estudio. El equipo llevó a cabo un estudio aéreo con tecnología Lidar, una combinación anglosajona de las palabras luz y radar, para confirmar en 2012 la existencia de metrópolis en zonas cubiertas por la vegetación. Las primeras localizaciones fueron el monte Kulen, Koh Ker y el turístico complejo religioso de Angkor Wat, en las provincias de Siem Reap y Preah Vihear, al norte de Camboya."Esa misión fue un éxito y nos permitió reunir suficiente dinero para lanzar una misión más extensa en 2015", indicó Damian Evans, uno de los investigadores.
El increíble hallazgo. Este segundo estudio, cuyos resultados se publican este lunes en la revista científica "Journal of Archaeological Science", cubrió cerca de 1.900 kilómetros cuadrados y amplió la investigación a ciudades anteriores y posteriores a la hegemonía Jemer en la región. Las localizaciones cartografiadas incluyen la ciudad templo de Mahendraparvata en el monte Phnom Kulen, que ha sorprendido por su extensión, el templo Preah Khan, en Siem Reap, y el templo Banteay Chhmar, al noroeste, entre otras.
El imperio jemer. Este reino dominó la mayoría del Sudeste Asiático, incluyendo gran parte de la actual Tailandia, Laos y el sur de Vietnam. Tuvo su auge en el siglo XII, cuando se construyó Angkor Wat, el principal templo del centro urbano. Damian Evans, Christophe Pottier y otros antropólogos estimaron en 2007 que cerca de un millón de personas vivían en un territorio de 1.000 kilómetros cuadrados en la capital durante su auge, lo que supondría "el complejo urbano más extenso del mundo preindustrial".
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