El mandatario surcoreano, cuya destitución se discutirá este sábado, insiste en que la ley marcial buscaba proteger la “democracia liberal de la dictadura parlamentaria” de la oposición. Mientras tanto, alrededor del 75 % de surcoreanos apoya la dimisión o destitución del dignatario asiático.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, pronunció este jueves un desafiante discurso en el que justificó su decisión de decretar la ley marcial para "salvar" la democracia en su país, postura que ha llevado a la dirección de su partido a abandonarlo a su suerte en la votación para destituirlo el sábado.
Sabedor ya de lo que Yoon iba a decir en su alocución, el líder del gobernante y conservador Partido del Poder Popular (PPP), Han Dong-hoon, expresó minutos antes de la intervención televisada del presidente su apoyo para la moción parlamentaria que busca inhabilitarlo el 14 de diciembre.
Aunque son solo siete los diputados del PPP los que de momento han expresado su intención de apoyar la destitución, el mensaje de Yoon, que en ningún momento mostró su intención de dimitir e insistió en retratar a la oposición como un ente antiestatal, así como las reacciones registradas en la sede de su partido durante la emisión del discurso, hacen pensar que un número suficiente de parlamentarios apoyará la moción.
La iniciativa, registrada hoy formalmente por la oposición en el Parlamento, necesita al menos ocho votos del PPP para una lograr una mayoría de dos tercios que inhabilite a Yoon y lo deje a expensas del Tribunal Constitucional, que debe decidir después si violó o no la Carta Magna al decretar el estado de excepción el pasado 3 de diciembre.
Un discurso desafiante
Yoon, que solo había aparecido públicamente dos veces desde que decretó la ley marcial (la segunda lo hizo para disculparse por los "inconvenientes causados a la población", pero no por declarar el estado de excepción en sí), defendió hoy que la medida buscaba proteger la "democracia liberal de la dictadura parlamentaria" de la oposición, que tiene mayoría en el hemiciclo.
El mandatario aseguró que se movilizaron escasas tropas y solo cuerpos de élite para garantizar la seguridad del Estado, consideró que se está "fabricando" un delito de insurrección contra él y diseminando mucha información falsa y que aún así no evitará encarar "responsabilidades legales y políticas".
En tono desafiante, aseguró que no está "obsesionado" con cumplir íntegramente su mandato y que encara "con confianza" investigaciones criminales e intentos de destituirlo.
Yoon, al que se está investigando -entre otras cosas- por un delito de insurrección que puede conllevar cadena perpetua o pena de muerte, aseguró que decretar la ley marcial corresponde a un "juicio político por parte del presidente" y que su resolución de la semana pasada fue "enormemente calibrada", respetó la Constitución y fue "un acto de Gobierno" que como presidente consideró "inevitable".
Declaraciones de los militares
Altos mandos militares han asegurado en los últimos días que tanto el presidente como Kim Yong-hyun, exministro de Defensa que se encuentra detenido e intentó suicidarse el martes, les dieron personalmente órdenes de vaciar el Parlamento a la fuerza para que los diputados no pudieran revocar con sus votos el estado de excepción, algo que el hemiciclo finalmente logró gracias aparentemente a que dichas órdenes no se acataron.
El propio presidente aseguró hoy que ordenó a Kim enviar también tropas a la Comisión Electoral Central (NEC) para investigar un supuesto fraude en las legislativas de abril en las que el PPP salió muy mal parado y que habría sido provocado supuestamente por piratas informáticos norcoreanos.
El presidente acusó de nuevo al opositor y liberal Partido Democrático (PD) de paralizar las funciones del legislativo y cerró su discurso asegurando que "luchará hasta el último momento junto al pueblo".
Un portavoz del PD calificó el discurso de "extremadamente delirante" y consideró que equivale a "declararle la guerra a la gente".
La oposición logró hoy a su vez que el Parlamento aprobara este jueves mociones para inhabilitar al ministro de Justicia, Park Sung-jae, y al jefe nacional de policía, Cho Ji-ho, por su rol en la aplicación de la ley marcial, como parte de la estrategia para seguir desgastando a Yoon hasta que abandone el poder.
El abandono de su partido
Minutos antes del discurso de Yoon, el líder del PPP se adelantó a decir que las capacidades del presidente deben "quedar suspendidas a través del proceso de destitución" y que los escaños de la formación gobernante deben votar de acuerdo con sus propias convicciones.
Han hizo el llamamiento para apoyar la moción después de que la que presentó la oposición la semana pasada fuera boicoteada el sábado por el propio PPP, prolongando así la crisis política desatada por la imposición de la ley marcial en el país asiático.
Han había dicho tras ese boicot que su partido apoyaría una salida "ordenada" que implicaba una dimisión de Yoon en los próximos meses.
Sin embargo, el líder del partido gobernante ha modificado esa postura presuntamente tras hablar con el presidente, que en su discurso de hoy no ha hablado en ningún momento de dimisión pese a que el fin de semana había asegurado que ponía sus funciones en manos del PPP.
Han pidió a su vez la convocatoria de un comité de ética para debatir la posibilidad de exigir a Yoon que abandone el partido.
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