La llegada del coronavirus al segundo país más poblado del mundo, con más de 1,300 millones de habitantes y un sistema de salud pobre, hacía que los especialistas presagien una catástrofe. Sin embargo, lo que ha ocurrido los ha dejado, por ahora, sin explicaciones.
India superó este miércoles el umbral de mil muertes (cifras oficiales) causadas por la COVID-19, registrando 33 062 casos de infectados, cifras mucho menores que las de Europa o Estados Unidos, que dejan perplejos a los expertos. Estos temían un desastre sanitario en el segundo país más poblado del mundo (unos 1.300 millones de habitantes), con un sistema sanitario precario y enormes barrios marginales en situación de absoluta miseria. Sin embargo, India ha constatado hasta la fecha poco más de 33 mil casos y 1,079 muertes, números muy alejados de la catástrofe esperada.
"Podría ser que la trayectoria de la epidemia india sea muy diferente al resto por razones que no comprendemos", señaló a la AFP el epidemiólogo indo-canadiense Prabhat Jha, de la universidad de Toronto. "Por el momento sólo manejamos hipótesis" para explicar este fenómeno y no tenemos ninguna certeza. Entre los potenciales factores señalados está la juventud de la población, que resiste mejor a este tipo de virus.
¿Acaso, podría ser que la vacuna BCG, inoculada masivamente en India para combatir la tuberculosis, proteja más a la población de esta pandemia? Se están realizando investigaciones sobre los eventuales efectos protectores de esta vacuna, pero aún no hubo la menor conclusión al respecto. Los expertos destacan sobre todo la imposición de un confinamiento estricto a nivel nacional desde el 25 de marzo, pese a que entonces sólo habían sido constatados 600 casos y 10 muertes en todo el territorio del enorme país.
Es muy pronto para proclamar victoria
El cese de las actividades significó un golpe terrible para los indios más pobres y millones de trabajadores jornaleros, que de golpe se quedaron sin ingresos, los que tuvieron que regresar caminando a sus pueblos, a veces distantes a centenares de kilómetros. Pero, sin esta medida de confinamiento podrían haberse infectado unas 100 mil personas, de acuerdo a las autoridades, que anunciaron una prolongación de la medida hasta el 3 de mayo.
Sin embargo, aún es muy pronto para proclamar la victoria. Lo primero es que el número de casos constatados esté probablemente subestimado a causa de los pocos medios de detección disponibles. "Constatamos que las cifras son bajas, pero no sabemos cómo interpretarlas", resume el virólogo T. Jacob John. "Avanzamos ciegamente para obtener las cifras reales", añade.
La duda también planea en cuanto al número real de fallecimientos. Inclusive, aunque India no esté enfrentada a una pandemia, casi la mitad de los 10 millones de decesos anuales en el país no son debidamente registrados, sobre todo en las zonas rurales, destaca Prabhat Jha. En el caso de la COVID-19, sólo se contabilizan las muertes ocurridas en los hospitales y es imposible conocer cuál es la situación en las aldeas más remotas.
AFP
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