El asesinato ha tensado las relaciones diplomáticas entre Filipinas y Kuwait. El presidente Rodrigo Duterte culpó al Gobierno de Kuwait de permitir los abusos a las empleadas filipinas.
La filipina Joanna Daniela Demafelis (29) fue encontrada muerta dentro de un congelador de la casa donde trabajaba como empleada del hogar en Kuwait el 6 de febrero. Las autoridades buscan a sus empleadores, una pareja conformada por un libanés y una siria, que tienen paradero desconocido.
El cuerpo presentaba signos de violencia -costillas rotas y hemorragias internas-. Tras la autopsia los forenses determinaron que había sufrido torturas y abusos sexuales. Se cree que los empleadores de Demafelis abandonaron la casa y el país en noviembre de 2016, por lo que el cadáver habría permanecido en el congelador durante más de un año.
La muerte de Demafelis se convirtió en un símbolo de los malos tratos que sufren los trabajadores domésticos filipinos en el extranjero. Además ha desencadenado en una fricción diplomática entre Kuwait y Filipinas, que anunció una "prohibición total" de emplear a más filipinos en el país petrolero.
La condena de Duterte
El viernes el cuerpo de Joanna llegó a Manila para que fuera enterrado en su ciudad natal Iloilo, a unos 400 kilómetros de la capital. Jessica Demafelis, hermana de la víctima, se abalanzó entre llantos sobre el ataúd, mientras su hermano Joejet Demafelis intentaba consolarla.
"Es una gran pérdida para nosotros. Su sueño al irse, según le dijo a mi madre, era ayudar a nuestros padres y nuestro hermano menor", dijo Joejet Demafelis a los periodistas. "Mis padres no pueden aceptarlo. Cada tanto rompen a llorar", agregó.
Tras el hallazgo del cadáver de Demafelis, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, acusó a los kuwaitíes de "carecer de valores". También culpó a su Gobierno de permitir los abusos a las empleadas domésticas.
Fricción diplomática
La declaración originó un roce diplomático entre ambos países, ya que el Gobierno de Kuwait envió como respuesta un mensaje de protesta.
El ministro de Exteriores filipino, Alan Peter Cayetano, dijo este viernes que el embajador de Kuwait en Manila le había asegurado que su gobierno estaba "disgustado" por el asesinato y determinado a buscar a los responsables.
Unos 250.000 filipinos, la mayoría de ellos empleadas domésticas, trabajan en Kuwait, donde en los últimos años se han reportado frecuentes casos de abusos y malos tratos hacia este colectivo por parte de sus empleadores. (Con información de Efe y Afp)
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