Los restos del monarca fueron cremados en el monumento funerario en la plaza Sanam Luang.
El venerado monarca tailandés Bhumibol Adulyadej, fallecido hace un año, fue incinerado en una ceremonia privada en Bangkok, en la que no se permitió la presencia de cámaras de los medios de comunicación y no fue retransmitida al público.
Sansern Kaewkamnerd, portavoz del Gobierno tailandés, confirmó que los restos de Bhumibol fueron cremados en el monumento funerario en la plaza Sanam Luang, cerca del Gran Palacio Real, aunque no dio más detalles de la ceremonia.
Previamente, una fuente de la organización del funeral señaló que no se divulgarán ni fotografías ni videos de la incineración, al considerar que fue un acto privado de la casa real, aunque esto no se mencionaba en la agenda del día.
Más de 150.000 tailandeses vestidos de luto se acercaron a las inmediaciones de Sanam Luang para seguir los actos funerarios, que incluyeron una multitudinaria procesión de la urna real por la mañana con más de 2.000 soldados vestidos de gala.
A su paso, los súbditos se postraban en el suelo con las manos juntas, entre rezos y lloros por el que consideran el padre de la nación, mientras que decenas de miles de personas participaron en homenajes en otras partes de Bangkok y en provincias tailandesas.
Monjes budistas con túnicas anaranjadas y sacerdotes hindúes de blanco participaron en los rituales en Sanam Luang, donde una torre de 53 metros representa el monte mítico Meru, que ocupa el centro del universo, según la cosmología hindú y budista.
La reina emérita Sofía de España, la soberana Máxima de Holanda y el príncipe Andrés del Reino Unido fueron algunos de los representantes de 42 gobiernos y monarquías que asistieron a las exequias en Bangkok, donde se desplegaron unos 58.000 policías para velar por la seguridad. (EFE)
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