"El hecho de que China asuma sus responsabilidades y obligaciones es una manera de convencer a otros países a implicarse en la conferencia de París", dijo el presidente francés.
El presidente francés, François Hollande, cree que China debe ejercer un papel de liderazgo en la cumbre contra el cambio climático que comenzará en París a finales de mes, un rol que se adecúa a los planes tanto internacionales como domésticos de la potencia asiática.
De visita en China desde el lunes, Hollande subrayó hoy en una rueda de prensa que su viaje "ha estado consagrado a la cuestión climática", a pocas semanas de que arranque en la capital gala la cumbre sobre el cambio climático (COP21) el próximo 30 de noviembre.
Centrado de lleno en los preparativos de la conferencia, el presidente del país anfitrión se ha centrado estos días en asegurarse de que la segunda economía mundial, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta, está plenamente comprometida con la causa.
"El hecho de que China asuma sus responsabilidades y obligaciones es una manera de convencer a otros países a implicarse en la conferencia de París", dijo hoy Hollande en Pekín, después de que ayer anunciara con su homólogo Xi Jinping una declaración conjunta que sienta las bases de un eventual acuerdo en París.
Optimista pero sin perder la cautela sobre las posibilidades de conseguir un acuerdo global, Hollande utilizó la declaración, que establece que cualquier texto sea jurídicamente vinculante y que los compromisos nacionales sean revisados al alza cada cinco años, como una de las señales de que "China se ha comprometido completamente".
Preguntado sobre qué espera del país asiático en la conferencia, en la que participarán 193 países y a la que Xi confirmó a Hollande que acudirá desde el inicio, el dirigente francés subrayó que la potencia asiática "tiene mucha influencia sobre los países en desarrollo", y agregó: "Todos nos acordamos de Copenhague".
Hollande se refirió a la cumbre contra el cambio climático que se celebró en 2009 en la capital danesa, la cual concluyó en un sonado fracaso al no lograrse un acuerdo debido, entre otras cosas, a la oposición de un grupo de "países en desarrollo y emergentes que dijeron que no podían asumir consecuencias de las que no eran responsables", recordó.
Entonces, China no aceptó que los recortes de emisiones fueran vinculantes, un cambio radical con respecto a su postura actual que queda reflejada en la declaración junto a Francia, que subraya la meta de que el calentamiento global no sobrepase los 2 grados centígrados este siglo, mientras hasta ahora no se prevé una cifra inferior a los 2,7 grados.
Un liderazgo internacional que la potencia asiática ya empezó a asumir el pasado año junto a EE.UU. al anunciar un acuerdo histórico por el que China se comprometió a que sus niveles de emisiones alcanzaran su nivel máximo en 2030, y que remató el mes pasado cuando anunció que en 2017 pondrá en marcha a nivel nacional un sistema de limitación y venta de derechos de emisiones.
Ese sistema, el llamado "cap and trade" en inglés, es un método de compraventa de derechos de emisión para castigar a los más contaminantes y compensar igualmente a las empresas más cumplidoras.
El presidente francés dijo que las empresas francesas están abiertas a colaborar en esa transición y, además, respaldó hoy la posible entrada de capital chino en el gigante nuclear galo Areva como parte de una recapitalización de la empresa en la que participará el Estado francés.
Hollande, que viajó esta tarde a Corea del Sur tras concluir su visita a China, adonde viajó acompañado de una delegación integrada por cinco ministros, 23 personalidades de distintos ámbitos y 50 empresarios, remarcó que "como miembros permanentes (China y Francia) del Consejo de Seguridad de la ONU, intervenimos en los grandes asuntos".
"Y el clima es la gran cuestión, ya que es lo que va a determinar y decidir la calidad de vida".
EFE
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