El diario del chambelán del emperador revela el deseo de morir del entonces octogenario Hirohito ante la posibilidad de “ver o escuchar cosas atormentadoras” sobre su rol en el conflicto bélico.
El difunto emperador Hirohito de Japón manifestó en sus últimos años su deseo de perecer pronto para no prolongar una existencia "atormentada" por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y la culpa que le achacaría por su papel en ella. según desvela el diario de su chambelán.
"No tiene sentido vivir una vida más larga reduciendo mi carga de trabajo. Sólo aumentaría mis posibilidades de ver o escuchar cosas atormentadoras", dijo el emperador durante una conversación con su chambelán Shinobu Kobayashi, que recogió el coloquio en su diario privado, difundido por primera vez por la agencia local Kyodo.
El escrito que recoge estas declaraciones está fechado el 7 de abril de 1987, dos años antes de la muerte en 1989 de Hirohito a los 85 años de edad, tras 62 años en el Trono de Crisantemo.
Los comentarios se produjeron en un momento en el que la Agencia de la Casa Imperial nipona trataba de reducir la carga de trabajo de Hirohito tras la muerte de su hermano, el príncipe Takamatsu, dos meses antes, y manifiestan el temor del emperador a seguir atrayendo la culpa por la participación de su país en el conflicto mundial.
"He experimentado la muerte de mi hermano y parientes, y me han hablado sobre mi responsabilidad en la guerra", manifestó Hirohito.
El diario muestra cómo Kobayashi, 22 años menor que el emperador, trató de consolarlo diciéndole que sólo unos pocos hablaban sobre su responsabilidad bélica, y que no se preocupara, porque dado el desarrollo de Japón en la posguerra, el conflicto "es sólo una página de la historia", según el texto citado por Kyodo.
Kobayashi no detalló a quién se refería cuando dijo que "unos pocos" hablaban sobre la responsabilidad de Hirohito en la guerra, aunque en marzo de 1986 hubo un acalorado intercambio de palabras a este respecto entre el parlamentario del Partido Comunista Seiji Masamori y el entonces primer ministro, Yasuhiro Nakasone.
Del cielo a la tierra
El emperador de Japón poseía antiguamente un carácter divino y durante la época en la que estuvo vigente la Constitución Meiji (1890-1947) poseía el control de la Armada y la Marina imperiales, que lucharon en su nombre durante la Segunda Guerra Mundial.
En el período de ocupación estadounidense del archipiélago nipón tras su capitulación en agosto de 1945 y la redacción dos años más tarde de la actual Carta Magna nipona, la figura del emperador pasó a ser considerada un "símbolo del Estado" sin poder político.
El diario de Kobayashi fue prestado por la familia del difunto camarlengo a la agencia Kyodo, que analizó su contenido junto a historiadores expertos antes de esta difusión su contenido.
EFE
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