Durante la última expedición anual en el Antártida, los pesqueros japoneses capturaron un total de 330 ballenas, de las cuales 122 estaban preñadas.
Japón mató a 122 ballenas Minke que estaban preñadas durante su expedición anual de caza que Tokio afirma que tiene fines científicos y que los ambientalistas califican de "espantosa e innecesaria".
La expedición de cuatro meses a la Antártida que terminó en marzo mató a 333 ballenas Minke, según un informe oficial enviado el mes pasado por las autoridades japonesas a la Comisión Ballenera Internacional.
La caza de ballenas
Del total, 122 estaban preñadas y decenas de otras eran todavía inmaduras, según un informe japonés, una cifra que la organización ambientalista Human Society International indicó que constituía "una estadística chocante y una triste acusación sobre la crueldad de la caza japonesa de ballenas".
"Es una muestra más, si esto fuera necesario, de la verdadera naturaleza de las operaciones balleneras, espantosas e innecesarias, especialmente cuando se ha demostrado que estudios no letales son suficientes para las necesidades científicas", Alexia Wellbelove, directora del programa de la organización.
Convenio internacionales
Japón es firmante de la moratoria de la caza de ballenas decidida por la CBI en 1986, pero desarrolla cada año una campaña de caza con objetivos científicos. Noruega e Islandia son los únicos países que practican abiertamente la caza de ballenas con fines comerciales.
El consumo de ballena tiene una larga historia en Japón, donde los cetáceos han sido objeto de caza durante siglos. La industria ballenera se desarrolló tras la II Guerra Mundial, para aportar proteínas animales a los habitantes del país. (AFP)
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