Los volúmenes de radiación registrados fueron de en torno a 1 sievert por hora (más de un millón de veces el volumen de exposición máximo recomendado).
La operadora de la accidentada central atómica de Fukushima ha publicado las primeras imágenes del interior del reactor 3 tras introducir dos cámaras en su interior con las que ha captado una sustancia que podría ser combustible nuclear fundido.
En la víspera los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO) introdujeron a través de una conducción los dispositivos, que iban acompañados de un termómetro y un dosímetro, en la vasija de contención de la unidad para evaluar el estado del combustible en su interior de cara a su futura retirada.
Los volúmenes de radiación registrados fueron de en torno a 1 sievert por hora (más de un millón de veces el volumen de exposición máximo recomendado), mientras que se midieron en el interior de la vasija 26-27 grados centígrados (nivel por encima de la temperatura ambiente), según TEPCO.
El agua radiactiva estancada en el fondo de este contenedor alcanza los 6,5 metros de altura, en línea con las predicciones de los técnicos, y tiene una temperatura de unos 33-35 grados.
El vídeo y las fotografías obtenidas por las cámaras -operadas por control remoto- no han permitido por el momento confirmar daños en la vasija de contención provocados por el combustible nuclear fundido.
Al introducir en el agua una de las cámaras, esta sí muestra un material sedimentado similar al barro que se cree podría ser combustible fundido.
Está previsto que TEPCO recolecte esta semana muestras de este agua para analizar la concentración de sustancias radiactivas en la misma.
La retirada del combustible del interior de los reactores dañados es la labor más compleja dentro de las tareas de desmantelamiento de la central, que se calcula llevarán unas cuatro décadas.
Se cree que el núcleo del reactor 3 fue el que resultó más dañado de los cuatro afectados por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.
Las estimaciones elaboradas por TEPCO indican que las barras de combustible se derritieron casi por completo, perforaron la vasija de presión del reactor y se depositaron en la de contención a raíz del accidente.
Además, la unidad 3 es la única de las seis de que disponía la planta que empleaba MOX, combustible que combina uranio y plutonio, lo que lo hace aún más tóxico y peligroso.
EFE
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