La relación entre Pekín y Tokio afronta estas tensiones en un año marcado por el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, en el que China ha intensificado la referencia a episodios históricos vinculados a la ocupación nipona.
China inició este lunes unas maniobras con fuego real en el mar Amarillo en una jornada marcada por gestos diplomáticos, advertencias y repercusiones económicas y culturales derivadas del aumento de tensión entre Pekín y Tokio tras las recientes declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sobre Taiwán.
Los ejercicios, anunciados por la Administración de Seguridad Marítima la semana pasada, se desarrollan entre hoy y el miércoles en una amplia zona del mar Amarillo delimitada por coordenadas difundidas por la oficina marítima de Yancheng, aunque las autoridades chinas no han difundido más detalles al respecto.
El aviso prohibía la navegación durante 24 horas al día y pide a los barcos evitar el área.
La notificación no especificó qué medios militares participan ni la finalidad concreta del ejercicio, aunque su publicación coincidió con un aumento de la retórica china contra Japón.
Tokio envía a un diplomático
El Gobierno japonés envió hoy a Pekín a Masaaki Kanai, director general de Asuntos de Asia y Oceanía del Ministerio de Exteriores, para reunirse con su homólogo Liu Jinsong.
Según medios japoneses, Kanai pretende subrayar durante reuniones con funcionarios chinos este martes que Tokio no ha modificado su postura de no reconocer a Taiwán como gobierno legítimo y buscar vías de desescalada.
La visita llega tras más de una semana de reproches cruzados por las palabras de Takaichi, que sugirió que un ataque chino a la isla podría colocar a Japón en una "situación de crisis" y provocar una intervención de sus fuerzas armadas en el estrecho de Taiwán.
Mientras, el presidente taiwanés, William Lai, instó hoy a Pekín a "actuar con moderación" y dejar de "convertirse en un generador de problemas.
"Sentimientos heridos"
La portavoz de la Cancillería china Mao Ning afirmó hoy que las palabras de Takaichi "hirieron seriamente los sentimientos del pueblo chino" y "deterioraron notablemente el ambiente de intercambio", justificando los avisos emitidos por varios departamentos chinos que desaconsejan viajar a Japón.
Mao acusó además a grupos derechistas nipones y a mensajes en redes de "amenazas extremistas" contra ciudadanos chinos, lo que, según Pekín, sustentaría las advertencias oficiales.
La Cancillería china confirmó además que el primer ministro, Li Qiang, "no tiene previsto" reunirse con Takaichi durante la cumbre del G20 que se celebrará en Johannesburgo esta semana, en la cual coincidirán.
La semana pasada, China convocó al embajador japonés y advirtió que Tokio "pagará un precio doloroso" si interviene en un conflicto en torno a Taiwán.
El Ministerio de Defensa calificó entonces las declaraciones de Takaichi de "extremadamente peligrosas", mientras que cuentas vinculadas a la televisión estatal advirtieron incluso que "todas las consecuencias deberán ser asumidas por Japón" si persisten las "provocaciones", mencionando la posibilidad de suspender intercambios intergubernamentales.
Viajes y estrenos cinematográficos, cancelados
Medios japoneses informaron este lunes de unas 491.000 cancelaciones de billetes a Japón desde el pasado sábado, así como de la suspensión de ventas de viajes por parte de agencias chinas.
Aerolíneas del país asiático anunciaron el fin de semana la posibilidad de reembolsos y cambios gratuitos.
Las advertencias también repercutieron en la Bolsa de Tokio, afectando a empresas del sector minorista y turístico.
La tensión afecta incluso al ámbito cultural. Dos películas japonesas previstas para estrenarse en China, 'Cells at Work!' y 'Crayon Shin-chan: The Burning Kasukabe Dancers', pospusieron su debut tras recibir notificaciones oficiales el domingo, según confirmaron sus distribuidoras, que ya tramitan reembolsos.
Japón insiste en que su postura no ha variado y que cualquier disputa sobre Taiwán, autogobernada desde 1949, debe resolverse pacíficamente.
La relación entre Pekín y Tokio afronta estas tensiones en un año marcado por el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, en el que China ha intensificado la referencia a episodios históricos vinculados a la ocupación nipona.