Las torturas fueron cometidas en el año 1974 y han resultado en condenas para exoficiales, uno de los cuales acumula casi 400 años de prisión.
La Corte de Apelaciones de Santiago condenó este lunes a penas de prisión a tres exagentes de la Policía Secreta de Augusto Pinochet (1973-1990) por torturar a seis prisioneros políticas en los primeros años de la dictadura, informaron fuentes judiciales.
La sentencia. En un fallo unánime, la VII Sala del tribunal de alzada ratificó la condena de siete años de prisión al brigadier Miguel Krassnoff Martchenko y de cinco años al exteniente coronel Francisco Ferrer Lima y al exsuboficial Basclay Zapata Reyes como autores de las torturas sufridas por las presas políticas. Los tres cumplen actualmente penas de prisión tras ser condenados en numerosos casos de secuestros calificados (desapariciones) y homicidios calificados. En el caso de Krassnoff, las condenas llegan a los 386 años.
Las víctimas de los abusos. Ellas son son Gloria Laso Lezaeta, Viviana Uribe Tamblay, Mónica Uribe Tamblay, María Virginia Hernández Croquevielle, Amanda de Negri Quintana y María Reyes Noriega. Todo fueron sometidas a vejámenes en distintos periodos del año 1974. Gloria Laso es una conocida actriz de teatro, cine y televisión que actuó en numerosas películas y series de televisión. Amanda de Negri Quintana es una conocida abogada de derechos humanos, tía del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, muerto en 1986 tras ser quemado vivo por militares durante una protesta contra la dictadura de Pinochet.
Las torturas. Las prisioneras, según estableció el juez especial Leopoldo Llanos, que investigó el caso, fueron abusadas en un centro clandestino de torturas y exterminio de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), situado en la residencial avenida José Domingo Cañas, en el municipio de Ñuñoa. En ese lugar "se mantenía a una gran cantidad de detenidos a los que se interrogaba y torturaba ininterrumpidamente; estaban vendados, amarrados o encadenados, privados de alimentos de agua y sueño. Los interrogatorios consistían en la aplicación de electricidad en diferentes partes del cuerpo, con la técnica de 'la parrilla', entre otros. Se les mantenía en una pieza común relativamente amplia y en un lugar denominado 'El hoyo' que llegó a tener más de diez detenidos en condiciones de extremo hacinamiento, sin ventanas ni ventilación", precisa.
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