La operación para el control de armas inició en febrero pasado y desde entonces se han incautado más de 1,100 pistolas, de las cuales casi la mitad resultaron ser réplicas.
La Policía de Pekín en China detuvo al menos a 112 personas por casos relacionados con armas de fuego y explosivos desde que lanzó una operación contra estos delitos el pasado febrero.
De acuerdo con información de la agencia oficial de noticias Xinhua, las autoridades chinas investigaron 45 casos que se han saldado con la incautación de más de 1,100 pistolas, de las que cerca de la mitad resultaron ser réplicas.
Además, se confiscaron más de 70,000 balas, 4,500 explosivos, de los cuales no se ha especificado el tipo y 5,400 cuchillos.
Operación y prohibiciones
Con esta operación, la oficina de seguridad pública de Pekín publicó un comunicado en el que informaba sobre los peligros de estos materiales y pedía a los ciudadanos que los “entregasen voluntariamente” a la Policía.
La posesión de armas está muy restringida por la ley china, que solo contempla excepciones en actividades como la caza, el tiro deportivo o la protección y estudio de animales salvajes. La ley también prohíbe “la producción y venta de armas de imitación”, algo que, en ocasiones ha llevado a que ciudadanos que tenían réplicas fueran encarcelados”.
En 2016 un joven de 20 años fue condenado a cadena perpetua en la provincia de Fujian (este) después de que un tribunal considerase que 20 de las 24 réplicas que había comprado por internet a un vendedor taiwanés eran armas reales.
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