Voló con lo justo del combustible, ni un poco más. Este habría sido un factor determinante para que el vuelo se estrelle. Los detalles en la siguiente nota.
El experto en aeronáutica Santiago García ha explicado los posibles factores que desencadenaron la tragedia del vuelo que llevaba al club Chapecoense a Medellín. "La autonomía del avión estaba en su límite. Hizo un vuelo muy largo y se le agotaba el combustible", ha explicado en una entrevista radial con Caracol.
El avión que operaba la aerolínea Lamia era un Avro Regional Jet 85. Tenía capacidad de combustible para unos 2,900 kilómetros, sin embargo, la distancia que debía recorrer era de unos 3,000 kilómetros, es decir, no se abastecía por completo para hacer la ruta larga. "Siempre debe haber un margen de operatividad", mencionó García, darle al avión más combustible del estimado por si hay algún imprevisto.
Factores decisivos. Lo que ocurrió después fue parte del infortunio. Un avión que estaba en la frontera presentó una emergencia también por combustible. Era de la empresa Viva Colombia. El protocolo de seguridad se activó y se le dio prioridad para que pueda aterrizar rápidamente. Entonces mandaron al avión que llevaba al Chapecoense a sobrevolar por unos minutos hasta que pueda encontrar lugar para aterrizar. El piloto del Avro RJ no había reportado que se estaba quedando sin combustible. Esos minutos perdidos fueron fatales.
"En el aire hay una serie de factores para que el combustible tenga un límite muy variado. Hay unas normas claras donde se tienen en cuenta estas contingencias, normalmente el avión siempre se carga con más combustible para que pueda volar un poco más, eso está en el plan de vuelo", explicó el experto.
La falta de combustible, la tardía reacción del piloto de la nave para pedir la emergencia, el permiso para que una nave hecha para vuelos cortos realice uno más largo de lo previsto. Muchas interrogantes irán despejándose conforme pasen los días y transcurran las investigaciones. La revisión de la caja negra puede durar hasta un año, tiempo en el que las respuestas quedarán en el aire, respuestas que acaso servirán como consuelo tardío a los familiares de las 71 personas fallecidas en Colombia.
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