El virus tiene por el momento mayor incidencia en la provincia andaluza de Sevilla (sur) con 35 casos en lo que va de verano y la región vecina de Extremadura ha notificado sus 12 primeros casos de esta temporada.
España afronta su segundo mayor brote de Virus Occidental del Nilo desde que empezó a vigilar esta enfermedad en humanos en 2007, con un total de 47 casos, un 123 % más que en todo 2023 (21 casos), y cinco fallecidos, dos más que el año pasado.
El Nilo Occidental, una enfermedad de declaración obligatoria (EDO) urgente en España desde 2015, es transmitido por la hembra infectada del mosquito común del género 'Culex', que se alimentan de sangre de aves. Humanos y équidos son las especies de mamíferos más susceptibles a la misma.
El virus tiene por el momento mayor incidencia en la provincia andaluza de Sevilla (sur) con 35 casos en lo que va de verano y la región vecina de Extremadura ha notificado sus 12 primeros casos de esta temporada.
Son más de la mitad del pico que se registró en 2020 cuando, tras dos años sin notificaciones -en 2016 se comunicaron tres- hubo un salto "inusual" hasta los 77 casos, repartidos en dos provincias andaluzas, Sevilla (56) y Cádiz (15) y una extremeña, Badajoz (6), y ocho fallecidos, según los informes de vigilancia epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III.
Un salto que, probablemente, se explica por el incremento de la "sensibilidad diagnóstica" a raíz de la pandemia de la covid ese año pero también por factores ambientales -temperaturas elevadas que incrementan la densidad de mosquitos- e intervenciones preventivas implantadas tras la temporada 2020.
Los primeros dos casos en seres humanos se notificaron en 2010 en la provincia de Cádiz; pero hubo otro que se confirmó de forma retrospectiva que se había producido en Badajoz en 2004. Tras ellos se ha dado casos en otras zonas del país y también se han registrado algunos positivos importados de países vecinos, como Marruecos.
Regiones y municipios piden colaboración para frenar al mosquito
Mientras los vecinos de las localidades más afectadas extreman precauciones instalando mosquiteras en domicilios y evitando salir a la calle a ciertas horas de la tarde, cuando los mosquitos tiene mayor actividad, algunos ayuntamientos han pedido aumentar la colaboración con el Gobierno central para controlar el virus.
El consistorio de Coria del Río (Sevilla), uno de los más afectados por la presencia del mosquito con dos de las cinco víctimas registradas en la provincia hasta ahora, exigió la creación de una mesa de trabajo permanente impulsada por el Ejecutivo en la que estarían la Junta de Andalucía, diputaciones provinciales y los municipios afectados.
Para el Ayuntamiento, este asunto requiere de un tratamiento "que va mucho más allá de lo local y que no puede demorarse más en el tiempo, pues está en juego la vida de la ciudadanía". La localidad sevillana ha informado este jueves que ha colocado seis trampas en zonas rurales del pueblo para capturar mosquitos y analizar si son portadores del virus, y así intentar controlarlo.
También en Extremadura, varios alcaldes solicitaron al Gobierno regional una "mayor colaboración" para poner en marcha medidas que reduzcan la presencia de mosquitos en la zona porque, según alegan, el problema en esta zona de regadío "viene de lejos", así como las demandas de tratamientos por parte de las administraciones autonómicas y provinciales.
El 80 % de los casos son asintomáticos
Ocho de cada diez infecciones se pasan de forma asintomática en una proporción muy elevada; los síntomas más frecuentes son la fiebre y mialgias y en menos del 1 % de los infectados se complica con manifestaciones neurológicas como meningitis, encefalitis o parálisis flácida. De estos, un 10 % pueden fallecer.
El riesgo aumenta con la edad, en hombres, en receptores de órgano sólido, en personas que consumen alcohol en exceso, con diabetes, enfermedad renal crónica o cardiovascular, hipertensión, cáncer o inmunosupresión. Puede dejar secuelas entre el 30 % y el 60 % de las ocasiones.
No hay vacunas para uso en humanos ni tratamiento específico, tan solo para controlar los síntomas; por eso, la prevención se basa en medidas de control del vector y de protección personal frente a las picaduras, así como la identificación y manejo de los casos con afectación neurológica.
La transmisión de persona a persona es muy poco frecuente y solo puede ocurrir por transfusión de sangre y sus componentes o trasplante de órganos, por vía transplacentaria o por exposición accidental (autopsias, laboratorio, etc.).
EFE
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