Enormes barricadas metálicas y entramados de púas flanquean en una garita en Tijuana y en la orilla del río Grande en Laredo en el paso de frontera entre Estados Unidos y México.
El Ejército de Estados Unidos comenzó este lunes a desenrollar carrete tras carrete de alambre de espino, atándolo a postes clavados en el suelo para reforzar la seguridad en la frontera con México ante el avance de la caravana de migrantes.
En tres días, la reluciente valla de concertina que llega hasta los hombros emergió como una serpiente plateada bordeando la orilla de un río hasta donde alcanza la vista. Este fue el trabajo de aproximadamente 100 soldados del 19° Batallón de Ingenieros del ejército estadounidense.
Los efectivos no están en una lejana zona de guerra lejana, sino en Laredo, una concurrida ciudad en la frontera con México dominada por un tramo del Río Grande.
El presidente Donald Trump envió unos 5,800 soldados a la frontera para prevenir la llegada de grandes grupos de migrantes centroamericanos que viajan a través de México, una medida que los críticos denunciaron como un intento de sacar rédito político antes de las elecciones de mitad de mandato celebradas a principios de este mes.
Trump dijo que el avance de la caravana de migrantes implicaba una "emergencia nacional" ante lo que calificó de "invasión" con "pandilleros y algunos matones muy malos". Hasta ahora, lo más visible del despliegue de Trump es la alambrada, un obstáculo físico diseñado para conducir a los migrantes peticionarios de asilo hacia los puntos de entrada organizados en territorio estadounidense.
Insultados en español
El teniente del pelotón, Alan Koepnick, dijo que en el lado del territorio estadounidense, las familias paseaban perros, cocinaban salchichas a la parrilla y se relajaban, mientras que del lado del territorio mexicano, “hay gente maldiciéndonos en español y arrojándonos botellas”.
El teniente y sus hombres van desarmados, aunque un grupo de policías militares armados permanecen a su lado como "fuerza de protección". Las leyes de Estados Unidos no autorizan a los militares a ejercer funciones policiales, por lo que los soldados no tendrán ninguna interacción directa con los inmigrantes.
AFP
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