El secretario de Salud de Estados Unidos realizó el anuncio acompañado del director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y del Comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), quienes han respaldado la medida aludiendo a que es una "cuestión de sentido común y buena ciencia".
El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció este martes que el Gobierno deja de recomendar la vacuna contra la COVID-19 para los niños sanos y las mujeres embarazas.
"No puedo estar más satisfecho de anunciar que, a partir de hoy, la vacuna contra el coronavirus para niños sanos y mujeres embarazadas sanas ha sido retirada del calendario de vacunación recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)", dijo Kennedy en un video publicado en X.
El secretario celebró este movimiento como "una cuestión de sentido común".
Kennedy criticó que el anterior Gobierno de Joe Biden (2021-2025) instó a los niños sanos a recibir otra vacuna contra la COVID "a pesar de la falta de datos clínicos que apoyen la estrategia de repetir la dosis de refuerzo en los niños".
Today, the COVID vaccine for healthy children and healthy pregnant women has been removed from @CDCgov recommended immunization schedule. Bottom line: it’s common sense and it’s good science. We are now one step closer to realizing @POTUS’s promise to Make America Healthy Again. pic.twitter.com/Ytch2afCLP
— Secretary Kennedy (@SecKennedy) May 27, 2025
El nombramiento del hijo del exfiscal general Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy como líder de la cartera de salud fue uno de lo más polémicos por su conocido papel como antivacunas, habiendo defendido en varias ocasiones que ninguna vacuna es segura ni efectiva.
Sin embargo, él mismo negó serlo ante en el Senado de EE.UU. y se comprometió a no desincentivar su uso, aunque el movimiento anunciado este martes es lo que consigue.
Hace unas semanas, el departamento que Kennedy dirige informó de que tratará de desarrollar una "vacuna universal" a partir de virus desactivados, un método anticuado que implica desplazar el foco puesto en las inmunizaciones de nueva generación desarrolladas durante la pandemia.
La iniciativa, encabezada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), buscaría reemplazar NextGen, un proyecto de la anterior Administración valorado en unos 5.000 millones de dólares centrado en vacunas de nueva generación que el propio Departamento de Salud ha tildado de «despilfarro» tras el regreso al poder de Donald Trump en enero pasado.
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