Arthur Brown Jr, de 52 años, recibió una inyección letal en una prisión estatal de la ciudad de Huntsville. El hombre fue condenado a muerte en 1994, aunque siempre mantuvo su inocencia.
Un estadounidense fue ejecutado en Texas, más de treinta años después de un cuádruple asesinato vinculado al narcotráfico, y que él negó haber cometido.
Arthur Brown Jr, de 52 años, recibió una inyección letal en una prisión estatal de la ciudad de Huntsville, en el sur de Estados Unidos, informaron las autoridades locales. Fue declarado muerto a las 18:37 horas locales.
Brown se convirtió en el quinto condenado a muerte en ser ejecutado en el estado conservador de Texas y el noveno en todo el país desde principios de año.
En su declaración final publicada por el Departamento de Justicia Criminal de Texas, Brown insistió en que fue tratado injustamente a lo largo de los años mientras su caso llegaba a los tribunales y nuevamente dijo que no cometió los asesinatos por los que fue condenado.
"Lo que está ocurriendo aquí esta noche no es justicia, es el asesinato de un hombre inocente por un asesinato que ocurrió en 1992", dijo Brown, según un reporte oficial.
Según la fiscalía, en 1992 acudió con dos cómplices a la casa de su proveedor de drogas en Houston. Tras amarrar a los seis ocupantes del local, les dispararon en la nuca.
Cuatro de sus víctimas, entre ellas un menor y una mujer embarazada, fallecieron y dos sobrevivieron.
Condenado a muerte
Arthur Brown Jr fue detenido cuatro meses después y condenado a muerte en 1994, aunque siempre ha mantenido su inocencia. Sus presuntos cómplices también fueron condenados en los asesinatos: uno fue ejecutado en 2006 y el otro cumple cadena perpetua.
Los abogados de Brown habían pedido a la Corte Suprema de Estados Unidos, que prohibió la pena de muerte para personas con discapacidad intelectual, que detuviera la ejecución, argumentando que Brown no es apto mentalmente.
Y una corte en Houston a principios de esta semana rechazó una solicitud de los abogados de Brown que argumentaron que su condena se basó en un testimonio poco confiable y pidió que se revisaran nuevas pruebas de ADN.
El multimillonario británico Richard Branson abogó por Brown y pidió que se detuviera la ejecución.
"La discapacidad intelectual del señor Brown por sí sola debería ser razón suficiente para no ejecutarlo", dijo Branson en su sitio web. (AFP)
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