El candidato republicano en las presidenciales de 2008 pasó más de cinco años preso y aún conservaba secuelas de las heridas sufridas durante la Guerra de Vietnam y de las torturas a las que fue sometido durante su encierro.
El carcelero vietnamita de John McCain rememora las largas conversaciones durante la Guerra de Vietnam con el senador estadounidense, que falleció el sábado a sus 81 años, víctima de un cáncer, pero niega las torturas sufridas por McCain.
"Le gustaba hablar conmigo sobre la guerra. Bombardear Vietnam fue un crimen de la parte de Estados Unidos, apoyar el régimen de Saigon resultó un error, pero no quería reconocerlo", explicó Tran Trong Duyet, 85 años, el director entonces de la prisión de Hoa Lo en Hanoi durante una entrevista en enero con la AFP.
El candidato republicano en las presidenciales de 2008, en las que fue derrotado por Barack Obama, aún conservaba secuelas de las heridas sufridas durante la Guerra de Vietnam y de las torturas a las que fue sometido durante su encarcelamiento.
El 26 de octubre de 1967, el caza A-4 Skyhawk de McCain fue abatido por un misil antiaéreo de fabricación soviética. Entonces, saltó en paracaídas de su avión y cayó en un lago en medio de Hanoi, donde lo linchó una multitud y sufrió graves fracturas en sus dos brazos y su rodilla.
Tras su detención, estuvo más de cinco años preso en una cárcel conocida como el Hilton de Hanoi.
"Era tan testarudo, tan determinado, por este motivo me gustaba debatir y discutir con él", reconoció Tran Trong Duyet en su modesta habitación en Haiphong, en el noroeste de Vietnam, que está decorada con imágenes de los prisioneros estadounidenses.
"Tuvimos conversaciones intensas. Poco a poco, reconoció en cierta forma que la intervención estadounidense en Vietnam resultó un error", aseguró.
"Dejar de lado el odio"
Su carcelero lo llamaba "Cai", una abreviatura coloquial de su apellido. A pesar de que sabían que era "el hijo de una familia respetable", no recibió ningún trato de favor.
Por su parte, McCain explicó que en Vietnam no solo había recibido un tratamiento médico insuficiente, sino que lo habían torturado y mantenido aislado.
En su libro de memorias, "Faith of my Fathers", relató cómo lo habían mantenido durante horas colgado de una cuerda.
Duyet sigue negando las torturas: "los prisioneros eran importantes para nosotros, podíamos utilizarlos en las negociaciones con Estados Unidos".
No obstante, reconoce que era difícil para él, como responsable de la prisión, hacer entender a sus hombres que estaba prohibido agredir físicamente a los prisioneros.
Como le sucedió a John McCain, la guerra marcó la vida de Duyet, que combatió al lado de las filas comunistas del Vietcong desde que tenía 17 años y cuyos dos hermanos murieron durante la guerra contra la ocupación colonial francesa.
"Es realmente una lástima que no lo eligieran como presidente de Estados Unidos. Esto hubiera resultado positivo para Vietnam, dado que Vietnam le salvó la vida", aseguró Duyet.
Contactado por la AFP el sábado, este reconoció su "tristeza" por la defunción de McCain.
McCain era conocido por su compromiso a favor de la reconciliación entre Estados Unidos y Vietnam, dos aliados en la actualidad.
AFP
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