Los recientes tiroteos en Texas y Ohio provocaron el clamor de gran parte de la población de Estados Unidos para que se regula la venta de armas. Sin embargo, del otro lado está un poderoso grupo: la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas inglés).
La Asociación Nacional del Rifle (NRA) de Estados Unidos enfrenta una dura prueba tras los recientes tiroteos en ese país, aunque pocos creen que este influyente lobby afloje su presión sobre el Congreso o el gobierno de Donald Trump. Tras las masacres de El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, el mandatario urgió a demócratas (opositores) y republicanos (oficialistas) a "unirse" para impulsar controles de antecedentes más estrictos para la compra de armas.
Sin embargo, sol horas después, Donald Trump reiteró lo que muchos consideran un lema de la NRA. "La enfermedad mental y el odio aprietan el gatillo, no las armas", afirmó el presidente en un mensaje televisado, utilizando una muletilla de la NRA y los defensores de la venta libre de armas de fuego, que afirman que "las armas no matan a las personas, las personas matan a las personas". La NRA dio la "bienvenida" a ese mensaje presidencial.
Los demócratas reclaman desde hace mucho tiempo estrictos controles de antecedentes, pero los republicanos -y la NRA- se niegan sistemáticamente. ¿Qué es la Asociación Nacional del Rifle y cómo influye para que, a pesar de los constantes tiroteos en Estados Unidos, no se aprueben leyes para regular la venta de armas?
¿Qué es la NRA?
La NRA es uno de los grupos de lobby (presión o cabildero) más poderosos de Estados Unidos. Pese a una serie de crisis en los últimos meses, mantiene enorme influencia en la política de EE.UU.. En la primera mitad del año, gastó 1,6 millones de dólares para cabildear contra un aumento de los controles de antecedentes de los compradores de armas, informó CNBC. También apoyó la carrera electoral de Trump de 2016 con más de 30 millones de dólares, según monitoreos de fondos de campaña.
Entre 2000 y 2012, la NRA y sus aliados de la industria de armas volcaron 80 millones de dólares en campañas políticas, según el Center for Responsive Politics, que investiga ese tipo de aportes. Pero también sufrió últimamente algunos golpes, incluyendo la salida de su presidente Oliver North debido a disputas por los fastuosos gastos de la asociación y la renuncia la semana pasada de tres de sus directores. Además, sus finanzas están complicadas: las contribuciones cayeron 21% -más de 26 millones de dólares- entre 2016 y 2017, según cifras de la propia organización.
Una auditoría obtenida por OpenSecrets señala que la NRA tuvo un déficit de 31,8 millones de dólares en 2017, tras un rojo de 14,8 millones el año anterior por su apoyo a la candidatura de Trump. "Si alguna vez la NRA tuvo un punto débil, es ahora", dijo el congresista republicano moderado Pete King al diario The Hill. "Están debilitados. Y todos nosotros, incluido el presidente, deberíamos aprovechar esa situación".
Algunos republicanos comienzan lentamente a abogar por reformas en las leyes de armas. El senador republicano Lindsey Graham anunció la semana pasada que corredacta un proyecto de ley para permitir a las agencias policiales requisar temporalmente armas de fuego a personas sospechosas de ser peligrosas para sí mismas o para terceros. Pero la mayor parte del campo de Trump se mantiene en silencio respecto a aumentar los controles de antecedentes o prohibir la venta de fusiles de asalto, como los utilizados en las matanzas del fin de semana.
Proyecto trabados
La Cámara de Representantes, liderada por los demócratas, aprobó un proyecto a comienzos de año para llenar vacíos legales que permiten ventas de armas en ferias o entre individuos sin verificación de antecedentes. Sin embargo, el proyecto yace inerte en el Senado, donde el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, muy bien considerado por la NRA, se niega a someterlo al plenario.
Tras la masacre de 2018 en Parkland, la secundaria de Florida donde murieron 17 personas, Trump rezongó al Congreso por permitir a la NRA ejercer un "gran poder" sobre ellos, y agregó: "Ellos tienen menos poder sobre mí". Sin embargo, tras una reunión a puertas cerradas con sus líderes, alineó su discurso con la NRA y advirtió que los derechos de los estadounidenses están "sitiados" por los demócratas, pues la tenencia de armas es un derecho constitucional.
El jueves más de 200 alcaldes estadounidenses pidieron al Senado que suspenda el receso vacacional para aprobar una legislación que imponga mayores controles para el porte de armas. Los alcaldes se dirigieron a Mitch McConnell y al jefe de la bancada de los demócratas, Chuck Schumer, pidiéndoles que votaran el proyecto aprobado por la cámara baja para verificar los antecedentes . "En 2019 ya ha habido más de 250 tiroteos masivos", explicaron los 214 miembros de la conferencia de alcaldes de Estados Unidos, entre los cuales están Dee Margo, el alcalde de El Paso, y Nan Whaley, la de Dayton.
Donald Trump dijo a los periodistas el miércoles que tanto él como los líderes del Congreso apoyan un cambio en la legislación para impedir que personas con problemas mentales porten armas, imponiendo mayores controles. Pero se pronunció en contra de prohibir la venta de fusiles de asalto, como las armas semiautomáticas que fueron utilizadas por los atacantes en las matanzas del fin de semana.
El viernes, Donald Trump aseguró en el Congreso hay un "enorme" apoyo para imponer un mayor control de los antecedentes para los propietarios de armas. Además, aseguró que habló con Mitch McConnell, y con senadores de su círculo que defienden también el derecho a la tenencia de armas. "Ellos entienden que no queremos gente demente, gente mentalmente enferma, gente mala y peligrosa, no queremos armas en las manos de la gente equivocada", dijo. Sin embargo, la NRA ratificó su oposición y aseguró que un mayor control no hubiese detenido los tiroteos en Texas y Ohio.
Wayne LaPierre, jefe del NRA, dio a entender que había hablado con Donald Trump desde que ocurrieron las masacres consecutivas que dejaron 31 muertos. "No estoy dispuesto a discutir (públicamente) conversaciones privadas con el presidente Trump u otros líderes clave sobre este tema", dijo en un comunicado. "Pero puedo confirmar que la NRA se opone a cualquier legislación que infrinja injustamente los derechos de los ciudadanos respetuosos de la ley. La verdad inconveniente es esta: las propuestas que muchos discuten no habrían evitado las horribles tragedias en El Paso y Dayton", aseguró.
Donald Trump no ha reconocido públicamente ninguna conversación con LaPierre desde los tiroteos. Pero el diario The Washington Post, citando fuentes no identificadas, dijo que el jefe de la NRA advirtió al presidente en una llamada telefónica el martes contra respaldar verificaciones de antecedentes más estrictas. No estaba claro quién tuvo la iniciativa de llamar. (Con información de AFP)
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