Estados Unidos es escenario de una ola de protestas antirracistas tras la muerte en mayo de George Floyd, un afroamericano que fue asfixiado por un policía blanco en el estado de Minneapolis.
Protestas callejeras fueron convocadas en Los Ángeles luego de que agentes abatieran a un hombre negro, en un clima general de tensión y desconfianza hacia las fuerzas del orden en Estados Unidos surgido tras varios casos de violencia policial contra afroestadounidenses.
La víctima, identificada como Dijon Kizzee, de 29 años, estaba montando su bicicleta el lunes por la tarde en un barrio del sur cuando los oficiales intentaron detenerlo por una supuesta infracción de tránsito, según la autoridad, aunque no se especificó la naturaleza de la falta.
Según el sheriff, el hombre "huyó corriendo" dejando detrás su bicicleta, y cuando los policías lograron atraparlo golpeó a uno de ellos en la cara. En su huida dejó caer varias prendas de ropa que llevaba en la mano.
"Los agentes notaron que dentro de la pila de ropa había una pistola semiautomática negra", agregó en rueda de prensa el teniente Brandon Dean, de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles.
En ese momento los agentes dispararon. El hombre, alcanzado por varias balas, murió en el lugar. Las autoridades no aclararon si el hombre estaba buscando su arma cuando recibió los disparos. Dean indicó que se abrió una investigación.
El abogado de derechos civiles Ben Crump, que representa a la familia, dijo que Kizzee recibió más de 20 disparos e instó a cualquier testigo que lo contacte para recaudar más información de lo sucedido.
"Dicen que corrió, se le cayó la ropa y la pistola", dijo Crump en un tuit. "No la recogió, pero los policías le dispararon por la espalda más de 20 veces y luego lo dejaron durante horas".
Deja, una mujer que presenció el tiroteo pero solo dio su nombre de pila, declaró a la AFP que gritó "no le disparen, no le disparen", mientras los agentes intentaban detener a Kizzee, quien vivía en su vecindario.
Deja indicó que los oficiales esposaron a Kizzee antes de que fuera declarado muerto. La tía de Kizzee, Fletcher Fair, dijo a periodistas que cree que el color de la piel de su sobrino fue un factor en el tiroteo.
Varias horas después del tiroteo, un centenar de personas se reunieron en el lugar la noche del lunes para reclamar justicia, con pancartas de "Black Lives Matter" (Las vidas negras importan) y gritando consignas como "Sin justicia no habrá paz".
Otra protesta fue convocada para este martes por el capítulo local de Black Lives Matter, que pidió movilización general.
Estados Unidos es escenario de una ola de protestas antirracistas tras la muerte en mayo de George Floyd por un policía blanco en el estado de Minneapolis. Las manifestaciones recobraron fuerza la semana pasada luego de que un policía blanco disparara siete veces a quemarropa contra otro afroestadounidense en Kenosha, Wisconsin.
AFP
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