Una joven que mantuvo relaciones con alguien que no pertenecía a su congregación narró cómo es que fue tratada por los creyentes de la iglesia cuyo líder, Naasón Joaquín García, ha sido detenido por 26 delitos, entre ellos pornografía infantil y abuso sexual contra menores.
La iglesia La Luz del Mundo recientemente se colocó en el centro de la atención mundial tras la detención de su pastor líder, Naasón Joaquín García, por 26 delitos graves, que incluyen pornografía infantil, abuso sexual contra menores, tráfico y trata de personas.
Horas después del arresto de su líder religioso en el aeropuerto de la ciudad estadounidense el pasado 3 de junio, cientos de miles de feligreses fueron convocados a los templos para mantener un rezo continuo de día y noche, ubicados en México y Estados Unidos.
El escándalo ha provocado que la iglesia y muchos de sus seguidores defiendan la inocencia de García, pero también ha desembocado en quejas y denuncias. Uno de ellos es el de una joven que acudía a esta iglesia junto con sus padres y que, según narró a BBC Mundo, ha sufrido traumas psicológicos.
La joven, ahora de 23 años, prefierió no revelar su identidad. Ella contó que "desde los 5 años era obligatorio para las niñas usar vestidos o faldas holgadas que no delinearan el cuerpo y llegaran hasta los tobillos".
"Si alguna vez escuchaba algo negativo sobre la iglesia, tenía que interrumpir a la persona o irme. Creía que el diablo estaba utilizando a las personas y sentía que estaban perdidas en el mundo", cuenta al medio.
'Teresa', nombre ficticio para salvaguardar su identidad, señaló que "una de las cosas que me daba más vergüenza era sentir deseos sexuales o atracción hacia alguien". "En las reglas de la iglesia, si te gusta alguien de la misma religión, debes hablar primero con el pastor para luego iniciar tres meses de citas y después casarte. Algunos lo hacen a los 14 años, si tienen el permiso de sus padres", cuenta.
"Me sentí humillada"
"Sabía que quería tener sexo, pero no quería hacerlo con alguien de la iglesia para no tener que casarme, así que terminé relacionándome con alguien de afuera", señala.
La joven dijo que cuando le reveló a sus padres que tuvo relaciones sexuales, le pidieron hablar con el pastor de la iglesia. Ella aceptó, pero tuvo que mantener un castigo.
"Me dijo que me sacarían del coro y que debía ir a la iglesia cada día a pedir perdón, pues mi alma estaba en peligro. Estando castigada, pensé que ya no quería más estar en la iglesia y ahí fue cuando comencé a hacer cosas a espaldas de mis padres", contó.
Hace dos años, les dijo a sus padres que ya no iría a la iglesia. "Nuestra relación no es la mejor y es complicado porque aún vivo con ellos. Pero soy una de las afortunadas que siente que la conexión con su familia no está perdida por completo. Pienso que es un culto y muchos se han quedado solos al decidir abandonarlo", explica.
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