Activistas e inmigrantes rechazaron la visita del magnate estadounidense al Congreso, donde se reunió con líderes republicanos.
Con gaitas y pancartas cientos de activistas e inmigrantes rechazaron la reunión entre el virtual candidato presidencial republicano Donald Trump y los líderes de su partido en el Congreso de EE.UU., a quienes un grupo de indocumentados repartió tacos mexicanos en señal de protesta.
Hablan los inmigrantes. "Esta comida está cosechada y cocinada por manos inmigrantes, o sea, eso representa los 11 millones de inmigrantes indocumentados que vivimos aquí y que día a día trabajamos muy duro para forjar y construir este país", dijo la boliviana Ingrid Vaca tras dejar unos tacos en la oficina del senador Mitch McConnell.
Propuestas radicales. McConnell, líder de la mayoría republicana del Senado, se reunió en el Congreso con Trump, que en su polémica campaña ha propuesto construir un muro en la frontera con México, prohibir la entrada temporal de musulmanes al país por la amenaza yihadista y deportar a todos los indocumentados que viven en Estados Unidos.
El millonario también se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que acercó posturas con Trump pero todavía sigue siendo reticente a darle su apoyo de manera oficial para que sea el candidato republicano para las elecciones presidenciales de noviembre.
División republicana. La victoria del magnate en las primarias ha dividido al partido republicano y los activistas aprovecharon para dejar claro que castigarán en las urnas a los legisladores que apoyen a Trump.
Repercusión entre votantes. "Queremos dar el mensaje de que toda la gente tiene que salir a votar. Tengo amigos y familia que son ciudadanos y tenemos que recordar y tener memoria, saber quiénes nos han odiado y maltratado y no votar por los legisladores que apoyan a Trump", resaltó Vaca, que tiene 52 años y lleva 16 viviendo como indocumentada en EE.UU.
El voto hispano. Los activistas avisaron hoy que, a largo plazo, la elección de Trump como nominado presidencial privará durante años al Partido Republicano del voto hispano, que cada vez tiene más peso y está llamado a jugar un papel fundamental en los próximos ciclos electorales.
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