Jack Jones recibió la pena de muerte por haber violado y asesinado. Cuando esperaba ser ejecutado, escribió una carta y pidió que la abran un año después de su muerte. Al hacerlo, descubrieron la verdad sobre otro crimen ocurrido hace 35 años y que involucraba a otro condenado.
La Fiscalía del condado de Broward, en Florida (Estados Unidos) inició los trámites para que la justicia anule la condena de un hombre ya fallecido por el asesinato de una mujer en 1983, a raíz de la insólita confesión de un condenado a muerte que ya fue ejecutado. Los tres protagonistas de esta historia están muertos: Regina Harrison fue asesinada en 1983, el hombre acusado de su muerte, Ronald Stewart, murió de un cáncer en prisión en 2008, y Jack Jones, el verdadero asesino, fue ejecutado en 2017 por otros crímenes.
Cuando estaba en el corredor de la muerte -el tiempo entre su condena a pena de muerte y su ejecución- en Arkansas, Jones escribió una carta a su hermana con instrucciones para que la abriera cuando hubiera pasado un año de su ejecución. La hermana leyó la carta a finales de 2018 y así se enteró de que él fue quien mató a Regina Harrison, lo que comunicó a las autoridades, que iniciaron las investigaciones pertinentes para confirmar que fue así con análisis genéticos.
Las pruebas de ADN realizadas por la Oficina del Alguacil del condado de Broward determinaron que, tal como confesó, fue en realidad Jones quien violó y asesinó a Harrison en Hollywood (Florida) hace 36 años. Ahora la Oficina del Fiscal del Estado en Broward ha pedido a un juez que libre a Stewart a título póstumo de su condena por el asesinato de Harrison, del que nunca se declaró culpable.
Violador y asesino serial
Jones fue ejecutado en 2017 por la violación y asesinato de Mary Phillips, de 34 años, en Bald Knob, Arkansas, en 1995. Además, golpeó brutalmente, hasta casi matarla, a la hija de su víctima, de once años, quien sobrevivió y ayudó a identificarlo.
En 2003, cuando ya estaba condenado a pena de muerte, se le vinculó con otro asesinato ocurrido en 1991 en un hotel de Fort Lauderdale (Florida): el de Lorraine Anne Barrett. En el juicio por este caso, se declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua.
Ronald Stewart, quien fue culpado por el crimen de Regina Harrison y condenado por su asesinato en segundo grado, ya había cometido previamente por numerosas violaciones y estaba cumpliendo una sentencia a 50 años de cárcel. Murió en prisión en el 2008.
EFE
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