El sospechoso del tiroteo que acabó con la vida de dos estudiantes durante los exámenes en la Universidad de Brown se suicidó, según anunciaron las autoridades locales en la noche del jueves 18 de diciembre, cinco días después del ataque en el campus de Rhode Island.
El presunto tirador que acabó con la vida de dos estudiantes en la Universidad de Brown la semana pasada fue hallado muerto en la noche del jueves 18 de diciembre, informó la Policía de Providence, la ciudad del noreste de Estados Unidos donde se encuentra la prestigiosa institución.
El sospechoso, Claudio Neves Valente, un portugués de 48 años que había estudiado física en la Universidad Brown, "se suicidó esta noche", anunció el jefe de la Policía de Providence, Óscar Pérez, en una rueda de prensa, cinco días después de los hechos.
El cuerpo de Neves Valente fue encontrado en un contenedor de almacenamiento en New Hampshire, junto a dos armas de fuego. El residente permanente en Estados Unidos desde 2017 habría actuado solo, según las autoridades.
El doble asesinato de Brown está relacionado con la muerte a tiros de un profesor de origen portugués del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en las afueras de Boston, informaron las autoridades federales, que no han aclarado el móvil para los dos sucesos, que implican a dos de las universidades más prestigiosas del país.
El tirador abrió fuego el sábado 13 de diciembre en el edificio de ingeniería y física de Brown, en plenos exámenes académicos. Dos estudiantes, Ella Cook y Mukhammad Aziz Umurzokov, murieron y otros nueve resultaron heridos.
Nuno Loureiro, profesor desde 2016 en el MIT, donde impartía clases de ciencias, ingeniería nuclear y física, fue encontrado herido de bala el lunes por la noche en su domicilio de Brookline, Massachusetts, a unos 80 kilómetros de Providence. El hombre, de 47 años, fue declarado muerto en el hospital a la mañana siguiente.
Difícil persecución
Desde entonces, las pesquisas no parecían avanzar y los investigadores multiplicaban los llamados al público para identificar a dos personas filmadas en las calles de Providence.
El primero, un hombre corpulento, vestido con colores oscuros, enmascarado y con gorro, era considerado el sospechoso. El otro individuo podría haber estado en contacto con él, según las fuerzas del orden.
El caso se reactivó gracias a una pista de datos financieros e imágenes de videovigilancia recogidas en las dos escenas del crimen. Además, se ofreció una recompensa de 50.000 dólares por cualquier información que condujera a la detención del autor, considerado "armado y peligroso".
El sospechoso fue "sofisticado a la hora de borrar sus huellas", explicó la fiscal federal Leah Foley: cambió las matrículas de su vehículo y utilizó un teléfono que a los investigadores les costó rastrear.
Un primer hombre fue detenido el domingo por el tiroteo, pero fue puesto en libertad por falta de pruebas incriminatorias.
Violencia con armas de fuego
El asesinato de Brown alimenta el recurrente debate sobre el porte de armas, garantizado por la segunda enmienda de la Constitución del país, a la que muchos estadounidenses se aferran.
En 2024, más de 16.000 personas, sin contar los suicidios, murieron por armas de fuego en Estados Unidos, según el sitio web Gun Violence Archive.
"Nada podrá reparar realmente las vidas destrozadas el pasado fin de semana por la violencia con armas de fuego (...) Pero ahora nuestra comunidad puede seguir adelante e iniciar un proceso de reparación, recuperación y sanación", declaró la presidenta de la Universidad Brown.
En 2007, un estudiante asesinó a 32 personas en el campus de la Universidad Virginia Tech, antes de suicidarse, en el tiroteo más mortífero en un centro educativo de la historia del país.