Estados Unidos se ha convertido en el escenario de amenazas, insultos, vandalismo y miedo entre minorías raciales, religiosas y sexuales.
Estados Unidos se ajusta, entre la euforia de sus seguidores y la desesperanza de sus detractores, a la idea de que Donald Trump será su nuevo presidente. Mientras miles protestan en las calles en su contra, los más afectados son las minorías raciales, religiosas y sexuales, según reportaron la prensa y los testimonios de ciudadanos en las redes sociales.
Según el Southern Law Poverty Center, entidad que monitorea este tipo de incidentes, se han registrado más de 200 actos de acoso e intimidación motivada por odio desde el día de la elección. Pero podrían ser muchos más. Este jueves se hizo viral en Twitter una recopilación de testimonios que retrata este fenómeno. Se llama "Día 1 en la América de Trump". Los afectados son los latinos, musulmanes, descendientes de indios, afroamericanos e incluso algunos votantes republicanos. Estos son algunos de los casos.
La ‘América Blanca’. Un adolescente afroamericano de Houston, Texas (donde ganó Trump) fue al colegio al día siguiente de la victoria de Trump. Según contó, en su salón de clases un compañero blanco lo llamó “negro” y le dijo que debería estar “recogiendo algodón”, la labor de los esclavos en las plantaciones del siglo XIX. El joven tuvo que ser sacado del aula mientras invitaba al autor del insulto a repetirlo. Todo ocurrió ante las cámaras y el silencio de sus compañeros de clase, algunos de ellos también afroamericanos. El video tiene casi 200,000 retuits.
También está el caso de Chris Weatherd, un jugador universitario de fútbol americano. Salió de su casa este miércoles por la mañana y su camioneta, estacionada fuera del garaje que comparte con otro inquilino, amaneció con las lunas pintadas con mensajes de odio. “Vete a la m…, negro. Trump. Negro. Trump. Trump”. El tuit con el video tiene más de 25,000 retuits.
Según el medio Le High Valley Live, en Pensilvania un director de colegio admitió que un grupo de estudiantes comenzó a cantar “Recogedor de algodón, eres un negro, heil Hitler”. En otras escuelas, los baños amanecieron con pintas racistas que celebraban la victoria de Trump, insultaban a los afroamericanos y lanzaban vivas a la ‘América Blanca’. En Durham, Carolina del Norte, una pared roja apareció con un mensaje en letras blancas: “Las vidas de los negros no importan y tampoco sus votos”.
El muro ya existe. María Sánchez es una estudiante latina que vive en Missouri, donde también ganó Trump. Durante la campaña presidencial apoyó a Bernie Sanders y luego a Hillary Clinton. Este jueves entró a su habitación en el campus universitario y encontró su cuarto dividido a la mitad por un pequeño muro hecho por zapatillas, ganchos de ropa y otros objetos de su cuarto. Junto a ellos estaba un mensaje: “María, Trump ganó así que esta es una pequeña previa de lo que está por venir". Su testimonio en Twitter fue compartido 45,000 veces.
En Facebook, Rhio Oracion contó que fue agredida por un hombre mayor y blanco que asumió que era mexicana. “No puedo esperar a que Trump nos pida violar a tu gente y enviarla por encima del enorme muro que vamos a construir. Vete al infierno, espalda mojada”, le dijo en medio de la calle. Luego, le lanzó un vaso de agua al rostro. Su publicación fue compartida más de 1,000 veces. Entre los comentarios en su muro, también se pueden ver insultos racistas.
La libertad religiosa, amenazada. El caso de los musulmanes no fue muy diferente. “No han pasado 24 horas (desde que Trump ganó). La hermana de mi amiga, que es musulmana, fue amenazada con un cuchillo por un seguidor de Trump mientras iba en bus hacia el campus de la Universidad de Illinois”, contó en Twitter la periodista Sarah Harvard. El tuit se hizo viral y la policía estatal la contactó ella por el mismo medio para poner la denuncia y buscar al responsable.
El miedo a usar la hijab, el velo de las mujeres islámicas, también se ha extendido por el país. En redes sociales abundan los testimonios de madres e hijas discutiendo si deben seguir usándala, bajo el temor a ser amenazadas y agredidas. El miércoles por la mañana, una estudiante contó en Twitter que vio a tres amigas musulmanas por primera vez sin la hijab. Les preguntó por qué y la respuesta fue previsible: por miedo.
Dividos por todos lados. El miedo y los insultos se extienen a otras minorías. Un descendiente de indios contó que le gritaron “vuelve a tu país, Apu”. A una descendiente de chinos, nacida y criada en Nueva York, le dijeron en la calle “vuelve a tu país, china”, contó su prima en Twitter. Según The Verge, las líneas de suicidios recibieron cifras récord de llamadas, sobre todo de miembros de la comunidad LGTBI. Los propios seguidores de Trump han sido agredidos: el Washington Post compartió el video de un anciano blanco siendo golpeado por un grupo de afroamericano bajo el grito de “Él voto por Trump”. El hecho se dio en Chicago. En Chicago ganó Clinton.
Rhio Oracion, la joven del testimonio en Facebook, explicó que no culpa a Donald Trump por lo que le pasó a ella, pero que sí es responsable de “plantar las semillas del odio en personas influenciables”. Puede que el empresario modere su discurso una vez que llegue a la Casa Blanca, de lo cual viene dando señales desde su primer discurso como presidente electo. Sin embargo, como muestran estas agresiones, su victoria ha desnudado la intolerancia y el racismo en un país que cada día está más dividido.
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