Los estudiantes y sus padres se organizan para presionar a la clase política y lograr que se regule el mercado de armamento.
Luego del tiroteo ocurrido el 14 de febrero en Parkland, Florida, alumnos sobrevivientes y sus padres se han organizado con el propósito de presionar a la clase política por la regulación del mercado de armas en Estados Unidos.
Anunciaron que realizarán una manifestación denominada 'Marcha por nuestras vidas', que tendrá lugar el 24 de marzo en la capital de Washington.
Los estudiantes de la escuela Marjory Stoneman Douglas prometieron hacer de la matanza, que dejó 17 muertos entre estudiantes y adultos, un punto de inflexión en el debate por el control de armas en el país, que se encuentra bloqueado.
"Yo creo en este movimiento", dijo este lunes Daniel Journey, sobreviviente de 17 años, al diario español El País. "Han muerto 17 personas porque un chico loco se pudo comprar un fusil AR-15. Esto es terrorífico. Nadie necesita un AR-15 para defenderse", añadió.
Críticas al Gobierno
El mensaje del movimiento de estudiantes en Parkland se dirige hasta la Casa Blanca y el Congreso. "No es contra el Partido Republicano o contra los demócratas", aseguró la estudiante Cameron Kasky a la cadena ABC.
"Todos los políticos en ambos lados que reciben dinero la NRA son responsables", dijo, en alusión a la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), poderoso lobby que se opone a cualquier limitación en la posesión de armas.
Ni siquiera después de la masacre de 58 personas durante un concierto en Las Vegas en octubre pasado, causada por un tirador que tenía un arsenal de 47 armas de fuego, el Congreso consideró endurecer las leyes de control de armas.
Así, el presidente Donald Trump y su gobierno han sido blancos de críticas luego de pasar por agua tibia el problema y señalar que principalmente se trata de un problema de salud mental.
"Necesitamos prestar atención al hecho de que no solo se trata de un asunto de salud mental", dijo el pasado sábado Emma Gonzalez, una de los estudiantes supervivientes, durante un emotivo discurso televisado.
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