Institución en Washington quitó de exposición los manuscritos luego de que un análisis en Alemania determinó que no eran tan antiguos.
Un museo de Estados Unidos anunció que son falsas cinco piezas que había dicho que eran fragmentos de los manuscritos antiguos conocidos como los Pergaminos del Mar Muerto, por lo que no se expondrán más.
El Museo de la Biblia en Washington -que provocó controversia el año pasado por estar respaldado por un cristiano evangélico millonario- retiró las piezas de exhibición luego de que un investigador de una institución alemana concluyó que no eran tan antiguas.
"Aunque teníamos la esperanza de que el análisis arrojaría diferentes resultados, esta es una oportunidad para enseñar al público sobre la importancia de verificar la autenticidad de las raras piezas bíblicas, el elaborado proceso de análisis asumido y nuestro compromiso con la transparencia", dijo en un comunicado Jeffrey Kloha, el jefe curador del museo.
Los Pergaminos del Mar Muerto, que incluyen los manuscritos conocidos más antiguos de la Biblia hebrea, datan del siglo III antes de Cristo al I después de Cristo.
Son cerca de 900, y fueron descubiertos entre 1947 y 1956 en cuevas de Qumran sobre el Mar Muerto.
Los cinco fragmentos retirados estaban en exhibición desde que se inauguró el museo, en noviembre de 2017, pero fueron etiquetados con una explicación que indicaba que había un proceso de investigación sobre su legitimidad.
En abril del año pasado el museo envió cinco de sus 16 piezas de los Pergaminos del Mar Muerto al Federal Institute for Materials (BAM) de Alemania para analizarlas, tras estudios previos que cuestionaron su autenticidad.
Un investigador, Kipp Davis de la Trinity Western University, había publicado un trabajo diciendo que "al menos siete fragmentos de la colección de los Pergaminos del Mar Muerto son imitaciones modernas".
El museo había retirado de exposición las cinco piezas analizadas en Alemania y las remplazó con otras tres, que también son analizadas profundamente.
El Museo de la Biblia sorprendió al inscribir en sus puertas con letras en latín que su principal respaldo financiero proviene del millonario Steve Green, cuyas cadena de arte y artesanías Hobby Lobby ha apoyado causas conservadoras.
Tan sólo unos meses antes de la apertura del museo la compañía fue obligada a pagar tres millones de dólares y a regresar 5,500 objetos, incluidas unas tablillas cuneiformes de Irak, que el Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo que habían sido importadas de manera ilegal.
Las convicciones cristianas de la familia de Green y el contrabando hicieron que los escépticos cuestionaran el objetivo ideológico del museo y la procedencia de sus antigüedades.
En la inauguración Green, quien encabeza el consejo del museo, dijo que la institución solo está dirigida a "presentar los hechos".
AFP
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