El sistema electoral de Estados Unidos no favorece el voto popular, sino una combinación de victorias en distintos estados.
Donald Trump ganó la presidencia, pero Hillary Clinton obtuvo más votos. El republicano obtuvo 306 de los 538 votos electorales necesarios para ganar, pero la demócrata logró cerca de 300 mil votos populares más. Esta no es una situación infrecuente en las elecciones de Estados Unidos.
Hay dos formas de explicar cómo funciona el sistema electoral en ese país: una fácil y una más compleja. La fácil y resumida es esta: la elección es como una competencia en la cual están en juego 538 puntos, distribuidos en 50 estados y en el distrito de Columbia. Los estados con más personas otorgan más puntos y los menos poblados, menos puntos. El candidato que gana la votación en un estado, se queda con todos puntos que otorga este territorio. El perdedor se queda sin ninguno. Gana el que obtiene 270 puntos o más.
Paso a paso. La explicación más compleja y detallada es esta: en Estados Unidos los presidentes son elegidos mediante un sistema representativo, también llamado sistema de voto indirecto. Cada estado tiene asignado un número de los llamados electores, que son los encargados de emitir el voto electoral en representación de cada estado. Son 538 distribuidos en los 50 estados y en el distrito de Columbia (Washington D.C.). Los estados más poblados tienen más electores y los menos poblados, una cifra menor.
Las personas votan por el candidato de su preferencia. En 48 estados y Columbia, el candidato ganador se lleva el voto de todos los electores asignados. A través de este sistema, la gente le ordena a los electores de su estado cómo deben votar. Solo en Maine y Nebraska los electores se reparten proporcionalmente según el resultado.
Al final del proceso, todos los electores se reúnen en un Colegio Electoral para emitir el voto que las personas les han encargado. Es un formalismo. Gana el candidato que obtiene 270 electores o más. Una nota de CNN Español lo resume así: "Si ganas el 60% de los votos en California, obtienes todos los electores de ese estado".
La estrategia ganadora. Los candidatos no orientan sus campañas en ganar más votos nacionales, sino en ganar más electores por estado. Este sistema permite una serie de combinaciones en las cuales un candidato que obtenga más votos que su rival pueda alcanzar menos electores y perder.
En este modelo, un candidato puede perder en 39 estados sin obtener un solo voto, pero ganar la presidencia si triunfa en el distrito de Columbia y en los estados de California, Texas, Nueva York, Florida, Pensilvania, Illinois, Ohio, Míchigan, Georgia, Nueva Jersey, Washington, que son los más poblados. Por eso Hillary ganó en votos populares, pero perdió porque no logró los suficientes electores. Su combinación de estados no le alcanzó para llegar a la Casa Blanca.
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