Hillary Clinton anunció a Tim Kaine, quien tiene una relación especial con América Latina, como su candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos.
Hillary Clinton anunció este viernes al senador Michel Kaine como su candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Días luego de que Michael Pence sea anunciado como el vicepresidente de Donal Trump, la elección del partido demócrata contrasta con la personalidad del magnate: se trata de un político que habla español, que apoya a los inmigrantes y que busca una solución pacífica al conflicto con ISIS.
Lo dejó todo y se fue a América Latina. Cuando tenía poco más de veinte años y estudiaba leyes, decidió dejarlo todo para irse a Honduras. Se fue a una pequeña escuela dirigida por jesuitas españoles y estadounidenses que buscaban hacer el mundo un poco mejor. Lo que no sabía aquel joven es que ese viaje le cambiaría la vida. Cuando Tim Kaine llegó al país centroamericano, en 1980, atravesaba esas dudas existenciales que acucian a temprana edad sobre el futuro y la vida, pero "una pequeña voz interior", arraigada en sus creencias católicas, le impulsó a tomar un respiro en sus estudios de derecho en Harvard para averiguarlo.
Se lo debe todo a Honduras. "Traviesos, enérgicos y llenos de sueños" recuerda Kaine a esos adolescentes, de unos 14 años, a los que enseñaba carpintería y otras técnicas manuales en la escuela "El Progreso", mientras que aquellos jesuitas que "habían elegido servir a los más pobres entre los pobres, lejos de sus hogares" se convirtieron, en sus palabras, en su "modelo a seguir cuando necesitaba una dirección. Mis más de 30 años como abogado de derechos civiles y como oficial electo se han construido sobre la base de lo que aprendí en Honduras", afirmó hace apenas un año, tras regresar de un viaje oficial como senador a aquella humilde escuela en medio de la crisis migratoria infantil que aún vive Centroamérica.
Su carrera política. En Honduras aprendió español, pero además creó un fuerte vínculo con la región, una empatía especial con el continente que luego, como senador y miembro del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, defendería desde su escaño. Comenzó en el mundo de la política en 1995, como concejal del ayuntamiento de Richmond (Virginia), y desde entonces ha centrado su carrera en el servicio público, primero como alcalde de esa ciudad, para luego convertirse en vicegobernador y gobernador de su estado, y acabar, en 2012, en el Senado de Estados Unidos.
Experto en seguridad. Esa dilatada experiencia en política ha sido una de sus fortalezas para llegar hoy a ser el elegido por la aspirante demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton, como su compañero de fórmula. Además de ser un experto conocedor de la política nacional, también está involucrado en Defensa, a través del Comité de Servicios Armados del que forma parte. Entre sus últimas batallas, y trabajando en conjunto con senadores republicanos como el excandidato a la Presidencia John McCain, ha tratado de dotar de nuevos poderes a la Casa Blanca para poder luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero siempre sin el envío de tropas sobre el terreno.
Orgulloso de su influencia latina. En sus años en la Cámara Alta, no ha dudado en involucrarse en la defensa de los inmigrantes dentro del país, tratando de legislar y apoyar a los indocumentados y haciendo gala de sus conocimientos de castellano para dirigirse a la comunidad latinoamericana que vive en Estados Unidos. No es raro verle por los pasillos del Senado rodeado de una nube de periodistas de habla hispana tratando de arrancarle unas declaraciones en su fluido español, rareza entre los congresistas sin raíces latinas, en el que no teme expresarse. EFE
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