El presidente de EE.UU. dejó estupefactos a muchos al culpar a manifestantes antirracistas como a grupos neonazis y supremacistas de la violencia en Charlottesville.
Grupos de supremacistas blancos y neonazis alabaron las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los episodios de violencia registrados el sábado en Charlottesville (Virginia).
"Gracias presidente Trump por su honestidad y valentía para decir la verdad sobre #Charlottesville y condenar a los terroristas de izquierda del (movimiento) Black Lives Matter y antifascistas", señaló el exlíder de la organización de extrema derecha Ku Klux Klan, David Duke, en su cuenta de Twitter.
Admirado por neonazis. El magnate dejó estupefactos a muchos estadounidenses al culpar el martes a "los dos bandos" de los choques violentos en los que un neonazi asesinó a una mujer cuando protestaba por la manifestación racista.
Según la agencia AFP, el ultranacionalista blanco que organizó la marcha en Charlottesville, Richard Spencer, calificó los comentarios del republicano de "honestos y realistas". "Trump aprecia la verdad", dijo, y señaló que está "orgulloso" de él.
Criticado en su partido. El mandatario de la primera potencia del mundo ha sido blanco de una ola de críticas de líderes políticos, incluidos los del Partido Republicano, por la tibieza de su condena a la violencia de los grupos ultraderechistas. "Debemos ser claros. El supremacismo blanco es repulsivo. Este fanatismo es contrario a todo lo que este país representa. No puede haber ambigüedad moral", dijo Paul Ryan, titular de la Cámara de Representantes de EE.UU., en su cuenta de Twitter.
Además, el veterano senador John McCain rechazó poner en el mismo saco a neonazis y antifascistas, tal y como ha hecho Trump. "No hay equivalencia moral entre racistas y estadounidenses en pie para desafiar el odio y la intolerancia. El presidente de Estados Unidos debería decirlo", increpó.
El antecedente. El sábado pasado hubo enfrentamientos entre un grupo de supremacistas de Charlottesville que se congregaron para protestar contra la retirada de una estatua de Robert E. Lee (1807-1870), un general del Ejército Confederado durante la Guerra Civil norteamericana (1861-1865), y quienes rechazaban su presencia en la localidad.
El Departamento de Justicia inició una investigación por el incidente en el que murió Heather Heyer tras ser atropellada. El conductor del vehículo, James Fields, joven blanco de 20 años con conocidas ideas neonazis, sigue arrestado luego de que un juez le negara la libertad bajo fianza y enfrenta cargos de asesinato en segundo grado.
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