Ambos candidatos se han acusado mutuamente de racistas. Clinton vinculó a Trump con grupos racistas y el magnate recordó que la demócrata elogió a un senador que fue miembro del Ku Klux Klan.
Hillary Clinton y Donald Trump se enzarzaron en una guerra de acusaciones sobre racismo, como parte de sus estrategias para intentar ganar el voto de hispanos y afroamericanos, dos grupos étnicos claves en los comicios de noviembre.
El inicio de los ataques. Todo comenzó el miércoles, cuando Trump dijo que Clinton es "una racista que ve a la gente de color solo como votos, no como seres humanos que merecen un futuro mejor". La candidata demócrata replicó enseguida en una entrevista en CNN diciendo que el magnate "cortejó a los supremacistas blancos y ha diseminado el racismo".
Demócratas vinculan a Trump con grupos racistas. El viernes, el candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Kaine, indignó al entorno de Trump al afirmar en Florida que el magnate "tiene seguidores como David Duke conectados con el Ku Klux Klan (KKK) que van por ahí y dicen que es su candidato porque está impulsando sus valores". Prosiguió diciendo que "los valores del Ku Klux Klan, los valores de David Duke, los valores de Donald Trump no son los valores estadounidenses, no son nuestros valores".
La respuesta de Donald Trump. El sábado Trump retuiteó un mensaje de dos seguidoras afroamericanas que hablan en algunos de sus mítines y que relacionaban a Clinton con un antiguo miembro del Ku Klux Klan. "@DiamondandSilk: Deshonesta Hillary está empezando a desesperarse. En sus vituperios hacia Trump en CNN olvidó cómo ella dijo que un miembro del KKK fue su mentor", indicaba el mensaje que el magnate citó sin comentario añadido en su cuenta de la red social. El dúo de activistas conocido como "Diamond and Silk" confirmó que el mensaje se refería al fallecido senador de West Virginia Robert Byrd, un antiguo miembro del KKK arrepentido después, al que Clinton describió en 2010 como "un verdadero estadounidense original, mi amigo y mentor".
Trump quiere acercarse a votantes afroamericanos y latinos. Esta guerra de acusaciones coincide con la nueva estrategia de Trump para acercarse al votante afroamericano e hispano, dos grupos étnicos que prefieren mayoritariamente a Clinton. El sábado en Iowa, Trump dijo con solemnidad: "Nada significaría más para mí que hacer de nuestro partido el hogar del voto afroamericano de nuevo". Además, recordó que Clinton usó el término "superpredadores" en 1996, una palabra considerada racista y por la que la candidata demócrata ya pidió perdón meses atrás. "Por cierto, ¿qué rápido se han olvidado de que Hillary Clinton llamó a los jóvenes negros superpredadores. ¿Se acuerdan? Superpredadores. Y ellos se sintieron muy insultados, pero ahora la gente se ha olvidado", dijo el magnate.



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