Los hospitales germanos se preparan para un nuevo aumento de infecciones que podría ser provocado por el fin del confinamiento en el país.
Las grandes salas del centro de exposiciones de Berlín se transforman poco a poco en un hospital capaz de recibir hasta mil pacientes de la COVID-19, aunque Alemania comienza en estos días un paulatino proceso de desconfinamiento.
Los hospitales se preparan para un nuevo aumento de infecciones que podría ser provocado por el fin del confinamiento. Se trata de un temor real destacado esta semana por la canciller Angela Merkel, quien denunció la "orgía" de discusiones sobre el retorno a la normalidad y la falta de disciplina de la población.
Existe un "peligro fundamental" de que las infecciones se reinicien "si todas las medidas restrictivas se eliminan prematuramente", dijo el martes Lars Schaade, subdirector del Instituto Robert Koch, la agencia responsable del control de enfermedades.
En el hospital universitario de Aquisgrán, que acogió los primeros casos graves de la COVID-19 en Alemania, todavía hay docenas de camas esperando. "Estamos listos para reaccionar dinámicamente", dijo Gernot Marx, director del departamento de cuidados intensivos.
Actualmente, casi 13 000 camas de cuidados intensivos sobre las 32 000 que hay en Alemania están sin ocupar, disponibles para recibir nuevos pacientes.
"Alemania está preparada para una posible segunda ola", dijo Gerald Gass, presidente de la compañía hospitalaria alemana DKG.
El país tiene por ahora una tasa de mortalidad de más del 3 %, por debajo de la mayoría de los demás países.
Desde su aparición en diciembre en China, la pandemia mató a más de 189 000 personas en el mundo, entre ellas 5 321 en Alemania, que oficialmente contabiliza 150 000 enfermos de la COVID-19. (AFP)
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