Italia se ha convertido en el tercer país con más contagios después de China y Corea del Sur. En el país europeo, Lombardia es la región más afectada por la epidemia, con diez de los once municipios declarados en cuarentena por las autoridades.
El coronavirus prosigue su expansión en Italia, el tercer país más afectado del mundo, con siete muertos y 231 contagiados, y está creando situaciones de caos en el norte del país, donde se registran la inmensa mayoría de los casos.
Lombardia es la región más afectada por la epidemia, con 178 de los casos positivos por el virus originado en China y donde se encuentran diez de los once municipios declarados en cuarentena por las autoridades, cerca de Milán.
Precisamente las medidas de control en torno a estas localidades, donde viven 50,000 personas, están provocando algunas situaciones de caos, como en el caso de las conexiones ferroviarias.
Viajar hoy en tren de Roma a Milán se convirtió en una pesadilla debido a los "controles sanitarios" efectuados en la estación de Casalpusterlengo, una de las localidades aisladas por el coronavirus en Lombardia.
El trayecto, que dura unas 3.5 horas en tren de alta velocidad, se transformó en una larguísima odisea de diez horas por el cierre de esta estación, que llevó a desviar los trenes de larga distancia de la línea Roma-Milán-Turín hacia Verona y Padua, dando una vuelta de cientos de kilómetros extra por vías convencionales.
Por la megafonía del tren se va dando cuenta cada cierto tiempo del retraso que se va acumulando, una hora, tres, cinco y finalmente diez, en medio de la desesperación de los pasajeros de un tren que va inusualmente vacío, quizás por el temor al coronavirus.
"Tengo una entrevista de trabajo en Milán y no voy a llegar", se lamenta llorando Luciana, una joven treintañera, mientras una pareja de turistas europeos de mediana edad trata de pedir alguna indemnización por el vuelo que pierden en la capital lombarda.
Según la página web de la empresa gestora Treintalia, "todo empezó a causa de una petición de intervención sanitaria en la estación de Casalpusterlengo", cuando el jefe de estación se sintió mal y mostró síntomas que hicieron sospechar del coronavirus.
A este funcionario se le han hecho las pruebas y se está a la espera de los resultados, pero a raíz del incidente se llevaron a cabo "labores de higienización preventiva" que se prolongarán hasta la noche, lo que causó una desorganización general en el tráfico.
Desde el viernes, los trenes no paraban ya ni en esta estación ni en la de Codogno, epicentro de la epidemia de COVID-19 en Italia, por estar ambas localidades aisladas para evitar la expansión de la enfermedad.
En su habitual rueda de prensa desde que estalló este brote en Italia, el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, consideró esta tarde que las cifras de fallecidos y contagiados son razonables y no justifican cambiar la consideración de este virus "de epidemia a pandemia".
"Espero que no se convierta en una pandemia. Creo que los números de Italia están contenidos dentro de lo razonable", agregó Borrelli.
Reiteró que "no se han encontrado nuevos brotes" y que el 90 % de todos los contagiados se encuentran en la considerada "zona roja", las provincias de Lodi, Cremona y Pavia, alrededor del municipio de Codogno, a unos 60 kilómetros al sudeste de Milán.
Precisamente en Milán, la capital de la región, se han confirmado tres casos y hay uno en estudio.
Hay otros 32 contagiados en Véneto, 18 en Emilia Romagna, tres en Piamonte y los tres casos ya registrados hace varias semanas en Roma, según los últimos datos oficiales, pero esta noche se ha informado del primer caso de un paciente infectado de coronavirus en la zona de Alto Adigio, fronteriza con Austria y Suiza.
Italia sigue buscando al que sería el paciente cero, del que surgió el brote, y trata de explicar las posibles conexiones entre los dos grandes focos de Lombardia y Veneto.
(EFE)
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