Según resultados de los primeros ensayos, el interferón beta consigue reforzar las "defensas antivirales" del paciente y reduce la gravedad de los síntomas de la COVID-19 hasta un 80%.
Reino Unido ha comenzado las primeras pruebas en pacientes de COVID-19 de un tratamiento a gran escala con interferón beta, una proteína inhalada que sirve para "estimular el sistema inmunológico" para combatir al coronavirus y así "reducir la gravedad de la enfermedad".
Así lo aseguró este miércoles en un comunicado Synairgen, la empresa de biotecnología creadora de este tratamiento junto con la Universidad de Southampton, que añadió que el interferón beta ya se utiliza "ampliamente" en el tratamiento de la esclerosis múltiple y por tanto es un fármaco "seguro y bien tolerado".
Alexandra Constantin, de 34 años y madre de una hija pequeña, fue ayer martes la primera persona en recibir el tratamiento de este nuevo ensayo en fase 3 en el Hull Royal Infirmary de Kingston upon Hull (en el noreste de Inglaterra) después de ingresar el pasado lunes con síntomas de covid-19, tal y como informa este centro en una nota de prensa.
Una de las enfermeras le dio a Constantin un "nebulizador para inhalar el medicamento" hacia dentro de sus pulmones, ya que este fármaco permite ayudar a los pacientes que desarrollan dificultades respiratorias y requieren terapia con oxígeno.
La proteína consigue reforzar las "defensas antivirales" del paciente, reducir la gravedad de los síntomas hasta un 80 % (según los resultados de los primeros ensayos), así como acelerar su salida del hospital, pues aseguran que los enfermos "podrán continuar el tratamiento ellos mismos en casa".
El investigador principal del ensayo en el centro, Michael Crooks, expresó su esperanza sobre la eficacia de este nuevo tratamiento "para ayudar a las personas a recuperarse del virus y prevenir que desarrollen una enfermedad severa".
Por su parte, el director ejecutivo de la compañía Synairgen, Richard Marsden, también aseguró que este tratamiento será necesario en los casos en los que las vacunas "no sean eficaces" o se vuelvan "menos efectivas" y añadió que, de recibir el apoyo necesario, también podría ayudar "rápidamente" con la crisis mundial.
El ensayo, considerado de "salud pública urgente" por el Reino Unido, pretende extender sus pruebas en fase 3 a otros centros de Estados Unidos y la Unión Europea, involucrará a más de 600 pacientes y, de obtener resultados positivos y finalizar antes de verano, podrá comercializarse poco después.
(Con información de EFE)
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