Las profundas divisiones al interior de esta nación europea la han llevado a tener tres copresidentes, los cuales representan a cada una de las facciones entre su población. Conoce cómo funcionará este sistema.
Tres copresidentes prestaron juramento esta semana en Bosnia, incluido el polémico nacionalista serbio prorruso Milorad Dodik, en un país paralizado por profundas divisiones un cuarto de siglo después de la guerra. Los tres hombres rotarán el cargo cada ocho meses bajo el complejo acuerdo de paz que puso fin a la guerra de Bosnia en la década de 1990 y dividió el poder entre sus tres principales grupos principales: musulmanes bosnios (bosnios), serbios y croatas.
Esta situación política supone un desafío para las frágiles instituciones de este pequeño país empobrecido de los Balcanes, presa del clientelismo, la corrupción, el desempleo (entre un 20% y un tercio de la población, según los criterios de cálculo) y del que emigraron desde hace casi cinco años 170 mil personas, según las oenegés. Dodik, un prorruso sancionado por Estados Unidos, codirigirá con el presidente bosnio musulmán, Sefik Dzaferovic, que proviene de las filas del partido conservador nacionalista SDA, y el presidente croata, Zeljko Komsic.
Representación
Previsto por los acuerdos de paz de Dayton que pusieron fin al conflicto de 1992-1995, el cual dejó unos 100 mil muertos, esta presidencia de tres miembros es fruto de las elecciones del 7 de octubre. Cada uno de los copresidentes debe representar a las tres principales comunidades: los bosnios musulmanes (cerca de la mitad de los 3,5 millones de habitantes), los serbios ortodoxos (un tercio) y los croatas católicos (15%).
Los bosnios musulmanes están representados por el conservador Sefik Dzaferovic (61), cuyo partido (SDA) se muestra próximo al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Milorad Dodik (59), que reivindica su amistad con Vladimir Putin, representa a los serbios ortodoxos y ejercerá la presidencia rotatoria en primer lugar, durante ocho meses. Junto a ellos está Zeljko Komsic (54), quien asegura querer construir una "Bosnia de los ciudadanos" que trascienda a las comunidades.
El socialdemócrata Komsic es un caso atípico entre los dos nacionalistas que afirma que busca superar las divisiones comunitarias. "Actualmente es muy difícil encontrar un denominador común entre Dodik, Komsic y Dzaferovic para hacer un trabajo constructivo", dijo el periodista político bosnio Ranko Mavrak en una entrevista de radio. "Estos tres tendrán que decidir si quieren actuar como un (solo) cuerpo que busca puntos de acuerdo o crea problemas".
Frente al consulado de Eslovenia, donde acudió a pedir un visa de trabajo, Almir Korjenic, de 32 años, resumía la víspera del juramento del cargo de este martes, la desilusión de muchos compatriotas suyos. "Aquí ya no hay nada que esperar. Se pelean antes de las elecciones para estar mejor posicionados después y retomar el saqueo del país".
Burocracia inmensa
Una de las consecuencias de estas divisiones es una burocracia inmensa. Bosnia está formada por dos grandes entidades dotadas de una amplia autonomía, la República Serbia (Republika Srpska) y la federación croato-bosnia, dividida a su vez en una decena de cantones. En total, hay trece gobiernos (y 180 ministros), cinco parlamentos y 212.000 funcionarios, cuyos sueldos absorben casi un tercio de los ingresos fiscales.
La amplia victoria de Milorad Dodik entre los serbios parece un golpe adicional contra las débiles instituciones centrales que él siempre menospreció. Con todo, ha moderado su retórica y deseado una cooperación "en el interés de todo el mundo" para construir una Bosnia "exitosa y mejor" y acelerar la marcha hacia la Unión Europea. "Todavía es difícil decir si Dodik será constructivo o si trabajará en el interés del Estado" pero "me parece que tiende la mano en un gesto conciliador", apuntó la analista política independiente Tanja Topic.
Dodik fue un protegido de los occidentales, a quienes debe su ascensión fulgurante antes de darles la espalda. Ha recalcado su voluntad de exigir la salida del Alto representante de la comunidad internacional, garante de Dayton, un puesto que desde 2009 ocupa el austriaco Valentin Inzko. También quiere que sean destituidos los tres jueces internacionales que forman parte de la Corte Constitucional, junto a bosnios, serbios y croatas.
(Con información de AFP)
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