El 'rompecabeza de las reinas' fue concebido en 1850 y hasta hoy nadie ha logrado resolverlo.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). ¿Has intentado resolver alguna vez el Puzzle de la reina? Diseñado originalmente en 1850, el Queens Puzzle desafiaba a un jugador a colocar ocho reinas en un tablero de ajedrez estándar de tal modo que ninguna pieza se atacara entre sí. Esto significa poner una reina en cada fila, de modo que no haya dos en la misma columna ni en la misma diagonal. Pues deberías saber si has logrado resolverlo, que cuando el tablero se hace más grande y alcanza los 1.000 por 1.000 cuadrados, ningún ordenador es capaz de hacerlo bien.
Un equipo de programadores de la Universidad de St. Andrews (Escocia, Reino Unido), ha publicado un artículo en el Journal of Artificial Intelligence Research, que asegura que cualquier programa capaz de resolver eficazmente el famoso rompecabezas, tendría tanta potencia que sería capaz de llevar a cabo tareas actualmente consideradas imposibles, como descifrar las mayores medidas de seguridad en Internet. Los científicos consideran que las recompensas cosechadas por este programa serían inmensas, en el sentido de ofrecer soluciones tecnológicas, pero también para el bolsillo de los investigadores: la Universidad de St. Andrews en Escocia ofrece un millón de dólares a quien consiga dar con la solución del rompecabezas.
Muchas opciones. Sin embargo, aunque el premio es indudablemente jugoso, es posible que ese millón de dólares espere indefinidamente sin ser adoptado. La razón de que estos problemas sean tan difíciles para los programas de computadora es que hay tantas opciones a considerar que generar una respuesta puede tardar muchos años. Esto se debe a un proceso de vuelta atrás (en inglés backtracking), un algoritmo utilizado en la programación donde se considera cada opción posible y luego se retrocede hasta que se encuentra la solución correcta.
El equipo encontró que una vez que el tablero de ajedrez se ampliaba, los progamas de ordenador ya no podían hacer frente a la gran cantidad de opciones y entraban en un bucle de pensamiento que recuerda a Deep Thought, el superordenador ficticio del libro Guía del autoestopista galáctico que tardó siete millones y medio de años en dar una respuesta al significado de todo. Según los investigadores: “En la práctica, nadie ha llegado a escribir un programa que pueda resolver el problema rápidamente. En consecuencia, lo que nuestra investigación ha demostrado es que, a todos los efectos prácticos, no puede hacerse".
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