Safiyya Amira Shaikh, seguidora declarada del grupo terrorista Estado Islámico, fue condenada a cadena perpetua por planear un ataque con bomba en la catedral San Pablo de Londres. También, junto a un grupo, había planeado atacar un hotel.
La británica Safiyya Amira Shaikh, seguidora declarada del grupo terrorista Estado Islámico (EI), ha sido condenada a cadena perpetua por planear un ataque con bomba en la catedral de San Pablo en Londres, según la sentencia dictada hoy por el tribunal penal del Reino Unido.
Shaikh, de 37 años y natural de Londres, deberá cumplir una pena mínima de 14 años, a partir de la cual podrá acceder a beneficios, tras admitir que preparaba actos terroristas y difundía propaganda con el fin de alentar a otros a realizar ataques similares.
Durante el juicio, se demostró que la condenada había planeado junto a varias personas atacar un hotel de Londres e inmolarse en el metro de la capital británica.
Otro de sus objetivos era la catedral de San Pablo, ubicada en la City de Londres, adonde acudió para investigar las medidas de seguridad y cuál sería el mejor lugar para colocar una bomba.
Tras ello, envió fotos de la cúpula del edificio a varios policías que habían conseguido engañarla haciéndose pasar por yihadistas y les escribió: "Ciertamente, me gustaría atacar este lugar. Me gustaría bombardear y disparar hasta la muerte... Realmente me encantaría destruir este lugar y a los kafir (un término árabe despectivo para describir a los 'infieles') de allí".
Al pronunciar la sentencia, el juez Nigel Sweeney reconoció que Shaikh había sufrido problemas de salud mental, como alegaba su defensa, pero dijo que se daba una serie de "factores agravantes" entre los que mencionó "la comunicación con extremistas conocidos, el uso deliberado de comunicaciones cifradas y de múltiples plataformas de redes sociales" que demostraban su voluntad de atentar y animar a otros a hacerlo.
Shaikh, quien nació como Michelle Ramsden en un barrio del oeste londinense, se convirtió al Islam en 2007 después de quedar impresionada por la amabilidad de una familia musulmana local, sin embargo, progresivamente se desilusionó por lo que denominó la versión moderada del Islam de las mezquitas.
Aunque no tenía condenas anteriores relacionadas con el terrorismo, desde al menos 2016 estaba siendo vigilada por las fuerzas de seguridad, que seguían de cerca sus actividades.
EFE
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