La pareja fue encontrada culpable de someter a ahogamientos, negar comida y golpear a la joven francesa Sophie Lionnet antes de matarla.
Los esposos Sabrina Kouider (35) y Ouissem Medouni (40) fueron condenados a treinta años de cárcel por torturar y asesinar a su niñera, la francesa Sophie Lionnet (21), en Londres el 20 de septiembre de 2017.
Este martes se conoció la sentencia que emitió el pasado mayo, el tribunal penal de Old Bailey. El juzgado encontró culpables de los hechos a la pareja de someter ahogamientos, negar comida y romper varias costillas a Lionnet antes de matarla y quemar su cuerpo en el jardín de su casa en el barrio de Southfields de la capital británica.
Cuando los vecinos alertaron a los bomberos sobre el humo, Medouni les dijo que los restos calcinados eran una oveja. Durante el juicio, la mujer y el hombre se acusaron mutuamente de haber actuado en solitario mientras el otro dormía.
El proceso
Los miembros del jurado escucharon más de ocho horas de grabaciones en las que la niñera fue abofeteada y calificada por sus torturadores como "peor que un asesino". El magistrado Nicholas Hilliard aseguró que el sufrimiento y la tortura que ejercieron sobre la joven fue "prolongado y sin piedad".
Según se conoció durante el proceso, la pareja estaba convencida de que Lionnet mantenía una relación con un antiguo novio de Kouider, el músico Mark Walton. Los esposos creían que juntos habían armado un complot para drogar y abusar sexualmente de los miembros de la familia. Era una fantasía sin fundamento en la que ambos se habían encerrado, afirmó el juez el martes.
Anteriormente, Kouider había denunciado a su exnovio ante la policía en cerca de treinta ocasiones, argumentando que había utilizado magia negra y había alquilado un helicóptero para espiarla, entre otras acusaciones.
Trastornos y obsesiones
El magistrado tomó en cuenta los informes psiquiátricos de la pareja: los médicos concluyeron que Sabrina Kouider sufría trastornos metales y obsesiones.
Sophie Lionnet ya había expresado a su madre su deseo de volver a Francia un año antes de ser asesinada. "Si tuviera los medios para comprarme un billete y tomar un taxi, ya lo hubiera hecho", le dijo en un mensaje.
El caso puso sobre la mesa la vulnerabilidad de las 'au pair', generalmente mujeres jóvenes que, en el caso de Reino Unido, llegan para aprender inglés mientras cuidan a niños a cambio de comida y una habitación, aunque muchas veces acaban convirtiéndose en criadas susceptibles de abusos. (EFE y AFP)
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