Los artefactos fueron hechos hace unos 3.000 años por representantes de la cultura de Urnfield, según los especialistas citados por medios de la República Checa.
(Agencia N+1 / María Cervantes). Un perro encontró un tesoro de la Edad del Bronce en el norte de la República Checa, informó el medio ese país Radio Praha. Tenía más de 20 elementos, entre ellas hoces y puntas de lanza. Según los arqueólogos, los artefactos fueron hechos hace unos 3.000 años, por representantes de la cultura de Urnfield.
El tesoro fue hallado recientemente en el norte de la República Checa, en un campo cerca del pueblo de Kostelecki Gorki. En marzo de este año, un aldeano caminaba con un perro a lo largo de uno de los campos y el animal inesperadamente comenzó a cavar con furia la tierra. Cuando el dueño se acercó para ver qué estaba pasando, vio objetos hechos de bronce, similares a hoces. En total, el perro desenterró 20 objetos.
Según el arqueólogo Martina Beková, los artefactos fueron enterrados por representantes de la cultura Urnfield. "El hecho de que se hallaran tantos objetos en un lugar casi con seguridad se asocia con la adoración a alguien, lo más probable es que fue una especie de sacrificio. Particularmente sorprendente es que todos los artefactos estarán intactos. Las personas que vivían aquí generalmente enterraban fragmentos, a menudo se derritieron", dice Bekova.
La cultura de Unrfield
La cultura de Urnfield existió en Europa Central y del Norte al final de la Edad del Bronce, alrededor de los años 1.300-750 a.C. Representantes de esta cultura quemaban a los muertos y escondían las cenizas en urnas de cerámica, que eran enterradas en campos.
A menudo las personas de esta cultura vivían en asentamientos que estaban en la cima de una colina o en la orilla del río y estaban rodeados por un seto de madera o un muro de piedra. Hacían vasijas de cerámica y madera, espadas y hachas de bronce, así como adornos de bronce y hierro. Asimismo, cultivaban cebada, trigo y mijo, criaban vacas, ovejas, cabras y cerdos, criaban perros y caballos.
También ocultaban tesoros en lugares inaccesibles, como humedales o ríos. Probablemente, estas eran ofrendas a los dioses. Los arqueólogos también encontraron otro tipo de tesoro: artefactos rotos o mal hechos, que, al parecer, estaban ocultos, para ser utilizados para la refundición. Uno de estos fue el hallado reciente por el perro.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Comparte esta noticia