Los candidatos fuera del sistema tradicional de partidos se multiplican ante los casos de corrupción. Colombia, México, Brasil, y, en teoría, Venezuela celebrarán elecciones este 2018.
Escándalos de corrupción interminables, gobiernos impopulares y una lenta reactivación económica pautan una sombría perspectiva para América Latina en 2018, un año electoral. El ciclo electoral va desde Brasil a México, pasando por Colombia y Venezuela, y podría trastocar el escenario en la región.
MÉXICO
México inicia el año 2018 sumergido en la batalla electoral más grande, costosa y fiscalizada de su historia en la que se renovarán la presidencia, el Congreso y autoridades en 30 estados el próximo 1 de julio.
El nuevo presidente mexicano heredará un país marcado por las mayores cotas de violencia en décadas, la persistente desigualdad social, la corrupción institucional y el desprestigio de la clase política. Además de la conflictiva relación con Estados Unidos por los continuos desplantes del presidente Donald Trump.
La contienda por la presidencia se dará fundamentalmente entre los tres candidatos que encabezan las encuestas: Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya (PAN) y José Antonio Meade (PRI). López Obrador, considerado el más tenaz opositor de las últimas dos décadas, será candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES).
BRASIL
Brasil encara un año electoral repleto de incertidumbre después de las sucesivas crisis que han hecho tambalear la política brasileña, acorralada por un gigante escándalo de corrupción que puede pasar factura a los partidos en los comicios del próximo 7 de octubre.
El país suramericano enfrenta sus primeras elecciones desde que saliera a la luz el mayor caso de corrupción de la historia de Brasil: Lava Jato. Todavía está pendiente el futuro del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a nueve años y medio de prisión por corrupción. Su deseada candidatura podría verse comprometida si la pena es ratificada en segunda instancia.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, lidera con ventaja las encuestas de intención de voto. Según los últimos sondeos, podría medirse en una segunda vuelta al diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro. Este exmilitar y defensor de la dictadura militar (1964-1985), ha irrumpido como el líder más radical de la derecha en un país que busca candidatos libres de sospechas por corrupción.
COLOMBIA
Colombia afronta el 27 de mayo unas elecciones presidenciales que busca consolidar el proceso de paz con las FARC culminado en noviembre de 2016 por el Gobierno de Juan Manuel Santos. El país cafetero juega su transición en democracia en un escenario de fuerte polarización social.
Los exguerrilleros de las FARC tendrán a partir de este año representación parlamentaria garantizada y su máximo líder, Rodrigo Londoño Echeverri, conocido por su nombre de guerra Timoleón Jiménez o Timochenko, aspira a medirse con candidatos de partidos tradicionales colombianos.
El exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, lidera la intención de voto, por encima del exguerrillero Gustavo Petro, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras y el senador Iván Duque, según recientes encuestas. Fajardo es representante de una coalición de centro e izquierda que respalda los acuerdos de paz con la exguerrilla FARC.
VENEZUELA
En teoría, Venezuela debería celebrar elecciones presidenciales este año. Su presidente Nicolás Maduro ya anunció que irá a la reelección y ha intimidado a los partidos opositores por supuestamente boicotear la elección de alcaldes.
Si Maduro logra que se anule la participación de otros partidos, las elecciones serían una farsa. La oposición mantiene un diálogo desde hace unos meses con el chavismo en República Dominicana. Desde esta tribuna ha pedido la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE) -acusado de manipular las tres últimas elecciones.
El grupo Eurasia en un reporte reciente señala que el presidente venezolano Nicolás Maduro "es probable que se mantenga en el poder y gane las elecciones en un proceso fuertemente controlado, pero también es probable que el gobierno caiga en default, complicando aún más una ya sombría perspectiva económica". (Con información de Efe, Afp y El País)
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