García Linera hizo estas manifestaciones, horas después de que EE.UU. señalara que quiere construir con Bolivia una relación "sin insultos, ni ataques".
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, afirmó hoy que su país siempre buscó una relación de respeto mutuo con Estados Unidos desde que este no se inmiscuya en los asuntos políticos bolivianos.
García Linera hizo estas manifestaciones a los medios en La Paz, horas después de que el encargado de negocios de la embajada de EE.UU., Peter Brennan, señalara que su país quiere construir con Bolivia una relación basada en la confianza y "sin insultos, ni ataques".
"Bolivia siempre ha buscado una relación de respeto mutuo con todos los gobiernos del mundo, incluido, por supuesto, Estados Unidos, y con él lo principal (es la) no intervención en los asuntos políticos, esa es la clave", manifestó el vicepresidente.
Advirtió de que Bolivia no permitirá "ningún tipo de interferencia, ni directa, como en 2008, ni indirecta a través de presencia o penetración de organismos de carácter supuestamente cultural que lo que hacen es emitir algún tipo de discurso político ideológico que no corresponde con nuestros preceptos democráticos".
Además, sostuvo que cuando EE.UU. aprenda a no intervenir en los asuntos internos bolivianos "las cosas se tornarán perfectas, porque Bolivia no interviene en asuntos políticos norteamericanos".
Las declaraciones del encargado de negocios estadounidense sobre la relación de su país con Bolivia se produjeron en respuesta a preguntas de la prensa sobre una posible reunión entre los presidentes boliviano, Evo Morales, y de Estados Unidos, Barack Obama.
"No tenemos ninguna fecha ni nada en este momento. Como hemos dicho desde el principio, esto es un proceso y tenemos que seguir trabajando para establecer las bases para una relación de respeto, donde no haya insultos, ni ataques, ni acusaciones", dijo.
Bolivia y EE.UU. no tienen relaciones a nivel de embajadores desde 2008, cuando Morales expulsó al diplomático Philip Goldberg, acusándolo de conspirar contra su Gobierno.
EE.UU. negó esas acusaciones y replicó echando al entonces embajador boliviano en Washington, Gustavo Guzmán.
Ese mismo año, Bolivia expulsó a la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por su sigla en inglés) y en 2013 a la agencia de cooperación internacional de ese país (Usaid), también bajo acusaciones de conspiración.
En agosto pasado, Morales se reunió con Brennan en el Palacio de Gobierno, con miras a mejorar las relaciones bilaterales.
Para noviembre estaba prevista la llegada a Bolivia del subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Alex Lee, pero la Casa Blanca anuló el viaje debido a que la Cancillería boliviana no respondió a la propuesta de fechas enviada por la embajada estadounidense en La Paz.
A pesar de los deseos de acercamiento manifestados por los dos Gobiernos, Morales mantiene una dura línea contra EE.UU. en sus discursos, en los que insiste en acusar a ese país de permanentes conspiraciones en su contra.
EFE
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