En medio de la pandemia del coronavirus que golpea a Brasil, el ministro Luiz Henrique Mandetta, popular en su país por su postura ante la pandemia, se acerca a la puerta de salida por su enfrentamiento con el presidente de ultraderecha.
El ministro de Salud de Brasil, Luiz Henrique Mandetta, rechazó este miércoles la renuncia de uno de sus más cercanos colaboradores, sin negar que su propio destino pende de un hilo debido a enfrentamientos con el presidente Jair Bolsonaro por el manejo de la crisis del nuevo coronavirus. Horas antes, el ministerio de Salud había anunciado que "el secretario de Vigilancia y Salud del ministerio, Wanderson de Oliveira, renunció la mañana de este miércoles".
El anuncio ocurrió después de que el diario Folha de Sao Paulo filtró una carta en la cual De Oliveira, pieza clave en la estrategia del gobierno para combatir el Covid-19, se despedía de sus colaboradores y anunciaba la salida inminente de Mandetta. "Finalmente llegó el momento de la despedida. Ayer tuve una reunión con el ministro y su salida está programada para las próximos horas o días", escribió De Oliveira.
Pero Jair Bolsonaro no se había pronunciado hasta fines de la tarde local y Mandetta decidió rechazar la dimisión, según anunció en la conferencia de prensa en la que participó junto a De Oliveira para informar sobre la evolución de la pandemia. "Ya dije que no acepto [la renuncia]. Wanderson está aquí. Vamos a trabajar juntos hasta el momento en que salgamos juntos del ministerio de Salud", declaró Mandetta.
De Oliveira acumula 15 años de carrera en el Ministerio de Salud. Especializado en epidemiología, coordinó acciones durante crisis previas como las causadas en Brasil por el H1N1 y el virus zika. El diario Folha reportó que la carta fue enviada luego de que Mandetta, un ortopedista de 55 años, informara a su equipo que esta semana sería destituido, un fantasma que lo ronda desde hace varios días en medio de ásperos choques con Jair Bolsonaro.
El presidente contra el ministro
Mandetta defiende el aislamiento social para prevenir la propagación del Covid-19 y evitar el colapso del sistema de salud, mientras que Jair Bolsonaro pide que se flexibilicen las medidas y critica los efectos negativos de las mismas en la economía. Las relaciones entre el mandatario ultraderechista y su ministro se deterioraron aún más cuando este, en una entrevista con el programa Fantástico de la TV Globo el domingo, criticó las orientaciones contradictorias dadas a la población para enfrentar la epidemia.
Es necesario "un discurso único", porque de lo contrario "lleva al brasileño a la duda, no sabe si escucha al ministro de Salud o si escucha al presidente", dijo. El ministro admitió este miércoles que las políticas propuestas están "claramente desacompasadas", pero reiteró que solo dejaría su cargo en tres circunstancias: "si el presidente ya no quisiera mi trabajo", si tuviera algún problema de salud o "cuando sienta que el trabajo realizado ya no es necesario, porque hemos superado el estrés" de la crisis.
"Todas esas alternativas continúan y son válidas", declaró Mandetta, aunque acotó que mientras tanto "vamos a trabajar al 100% de nuestras posibilidades". Al mismo tiempo, Jair Bolsonaro publicó en su cuenta de la red Twitter un gráfico que muestra que Brasil tiene, en proporción, un número de muertes mucho menor respecto a los países europeos afectados por el virus.
La prensa brasileña sostiene que Bolsonaro baraja una lista de candidatos para reemplazar a Mandetta, entre ellos el director del servicio de vigilancia sanitaria Anvisa, el contraalmirante Antonio Torres, y la investigadora Ludhmila Hajjar, directora de Ciencias, Tecnología e Innovación de la Sociedad Brasileña de Cardiología. Brasil, con más de 210 millones de habitantes, registra a la fecha más de 1.700 muertos por coronavirus y más de 28.000 contagiados. Es el país más golpeado por el virus en Sudamérica.
(AFP)
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