Proyecto de ley impulsado por una diputada independiente busca desarrollar en Costa Rica la industria del cáñamo y cannabis medicinal.
A Rodrigo Martín los oncólogos en Costa Rica le dijeron que el cáncer que tenía en la cabeza había hecho metástasis y que le quedaban seis meses de vida. Era 2018. Dos años después, está convencido de que sigue vivo gracias al cannabis medicinal.
Lo consume todos los días sin falta. "Tengo un año y tres meses de no hacer un examen [del cáncer]. Decidí vivir, llevo una vida totalmente normal y se lo debo a Dios y al cannabis", dice el hombre de 47 años en su casa en Santa Ana, al oeste de la capital. "Vivo relajado, no tengo que pensar en el cáncer", aseguró.
Martín consiguió el extracto del cannabis gracias a un médico que trae la materia prima del exterior y elabora el medicamento que le devolvió la vida, pero no puede ir a una farmacia para adquirirla porque en no es legal en el país centroamericano.
El camino a la legalidad
Esa situación podría variar si prospera un proyecto de ley impulsado por la diputada independiente Zoila Rosa Volio, que busca desarrollar en Costa Rica la industria del cáñamo y cannabis medicinal.
La legisladora, ingeniera agrónoma de formación, vio en las plantas de cáñamo y marihuana un cultivo de gran potencial económico para los agricultores costarricenses, dada la demanda internacional que tienen.
El organismo estatal de promoción de las exportaciones calculó que hay un mercado de 5 733 millones de dólares anuales que, según Volio, se multiplicará varias veces en los próximos años ante la creciente demanda en países con industria farmacéutica, como Alemania.
De la planta cannabis sativa, o marihuana, se obtienen los componentes psicoactivos, cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabinol (THC), de mayor potencia, ambos con reconocidas capacidades analgésicas, antiinflamatorias, anticonvulsivas y neuroprotectoras.
El cáñamo, de la misma familia pero con bajo contenido de cannabidiol, tiene amplio uso industrial en la producción de tejidos, plástico, cosméticos, biocombustibles y muchos otros productos.
El proyecto de ley encontró oposición en la bancada evangélica del Legislativo costarricense, que cuenta con 14 de los 57 diputados, aunque tiene apoyo mayoritario en el Congreso unicameral.
Tras ser aprobado en la Comisión de Ambiente, el proyecto debe ahora ser votado en el plenario.
AFP
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